COMENTANDO EL PERSONAJE: TARA, UNA CHICA CONVERTIDA EN AVATAR.
Hoy presentamos, y comentamos sobre la vida de Tara: una chica convertida en avatar, por voluntad propia a base de cambios físicos y por lo que se ha llegado a gastar 12.000 euros.
Algunos de los trabajos que se ha hecho son: inyectarse los ojos con tinta negra, ponerse orejas de elfo, lengua bífida, 4 colmillos fijos…
Comenzó con 13 años a tatuarse a escondidas de su familia, y nunca se reconoció ni estuvo a gusto en el cuerpo e imagen que tenía durante aquellos años. Ella no quiere ver fotos de antes de convertirse en avatar, asegura que viéndolas lo pasa mal, y dice que esa no es Tara, que es otra persona. Ella no se reconoce en aquellas épocas.
Todo esto le ha llevado a que se le cierren muchas puertas, como relación con gran parte de su familia, mercado laboral y otros. Ella ahora está feliz porque asegura que es la primera vez que se siente bien y a gusto que se encuentra guapa y que es como ella quiere ser.
Es muy curioso observarla desde luego, si uno se la cruza por la calle no pasa absolutamente desapercibida, ella asegura llevar en lo demás una vida normal y afirma, que así no hace daño a nadie.
Esta chica ha tenido que padecer graves trastornos de la identidad, de autoestima y de autoconcepto. El sufrimiento que ella pasara en la adolescencia, cuando dice que todo empezó con 13 años, debió ser el motor que la impulsase a poco a poco ir cambiando cosas de sí misma, empezando con pequeñas cosas como tatuajes hasta llegar al punto actual.
Para ella estos cambios e inversiones en imagen son un fuerte reforzador positivo, ya que, a mas cambios se hace, mas satisfecha se ve y siente con la propia imagen y va entonces a por el cambio e intervención siguiente. Por tanto esa es la razón por la que sigue y sigue cambiando cosas hasta verse como ella se siente cosa que le hace “muy feliz”.
Asegura a su entrevistadora, que se pondrá cola próximamente al más puro estilo avatar. La línea delgada que separa un tatuaje, de por ejemplo hacerse una lengua bífida, reside en lo mismo: reforzamiento positivo al verse con una imagen que se desea y anhela y perder la identidad interior, y la imagen ligada a ella. Podríamos indagar más a fondo para saber si esa imagen le recuerda a su familia o vida pasada de la cual parece aunque no sabemos de fijo, que reniega de ella y le produce rechazo o vergüenza y es una forma que le permite desvincularse con todo ello.
Una conclusión muy fuerte y clara que sacamos de todo esto es una vez más que los trastornos de la identidad, el autoconcepto y problemas derivados han de ser tempranamente identificados y tratados. La salud mental debe cuidarse y vigilarse como la física. No es sano que una persona se encuentre mal con su imagen, que no se acepte y no se quiera. Eso conlleva múltiples y graves heridas psíquicas y emocionales.
Como hipótesis anejas a todo lo que hemos comentado, podrían ser de otro tipo y que ciertos problemas en la esfera de la persona modulasen o diesen como resultado estos deseos de cambio radical de la propia imagen que dicho sea de paso, no son infrecuentes pues hemos visto perfiles como el de tara en infinidad de ocasiones en TV, revistas… y todos afirman lo mismo: han conseguido ser quienes ellos querían. Antes no se aceptaban ni se gustaban, antes decían no ser ellos, lo cual les lleva a un completo rechazo en ocasiones de parte de sus círculos más cercanos como familia fruto de la incomprensión y de “no entender lo que les pasa”… es por ello como Tara bien comenta que en algunas ocasiones estas personas no tienen relación ni con sus familias ni con sus amigos de siempre.
Como no sabemos su completo trasfondo, no sabemos si a los 13 años, cuando ella afirma que comienza a sentirse mal con su propia imagen, tenía otro tipo de problemas o circunstancias en su vida que podrían estar influyendo en las conductas y cambios posteriores y que podrían igualmente ser tomadas como hipótesis o causas plausibles de lo que observamos actualmente en ella. No sabemos si en el colegio por ejemplo sufría acoso escolar, no sabemos si había algún tipo de problema o problemas en su núcleo familiar, o si bien no le iba como todos esperarían en los estudios, o bien que algo le preocupara y no fuera escuchada ni validada por su entorno más próximo o cercano (familiar, escolar, actividades fuera del aula…)
Para ello deberíamos seguir indagando o entrevistarla más a fondo, lo cual parecería a priori muy interesante porque no es una persona al uso, eso está claro. Incluso podríamos indagar más en el aspecto de tener un sumiso, una persona que tiene que hacer por previo acuerdo todo lo que ella diga para agradarla. Este tema es otra cuestión a parte que bien daría para otro comentario y artículo.
Psicóloga Raquel Herrero©All rights reserved