“En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente” (Khalil Gibran)
Hablar de los trastornos de ansie
dad es hablar de un tópico que presenta múltiples facetas y diferentes características. La ansiedad constituye una sensación subjetiva de difícil definición muy presente en la actualidad.
La ansiedad forma parte de la naturaleza humana al igual que cualquiera de las otras emociones como la rabia, la envidia o el miedo, escapándose de rígidas reglas conceptuales, formando parte de la reacción evolutiva de la supervivencia, gracias a la cual nos preparamos para la lucha o la huida. La cuestión es de qué modo se manifiesta, con qué intensidad
y cómo la sentimos.
Cuando se sobrepasa de una intensidad que la hace intolerable o dificulta la capacidad de adaptación de la persona, la ansiedad puede limitar la vida cotidiana, convirtiéndose en un problema. Milton decía en su obra El paraíso perdido que la mente puede hacer de un cielo un infierno y de un infierno un cielo, expresión que podemos utilizar para explicar cómo si nos dejamos llevar por la ansiedad en su rasgo más intenso o destructivo, lo que a simple vista puede parecernos nimio podemos llegar a convertirlo en un gran sufrimiento para nosotros.
En los últimos años, se ha producido un aumento del consumo de medicamentos relacionados con el tratamiento de la ansiedad en cualquiera de sus facetas. Pero éstos no son inocuos, ya que algunos de estos fármacos crean dependencia u originan diversos efectos secundarios. Los fármacos no son el único tratamiento para la ansiedad, ya que existen una amplia gama deansiolíticos naturales que resultan moderadamente eficaces y con una menor cantidad de efectos secundarios.
No obstante, aunque en la actualidad una de cada cinco personas tome plantas medicinales para tratar o prevenir los trastornos de la salud y existan alternativas naturales para los ansiolíticos, como asegura Concha Navarro, catedrática de farmacología de la Universidad de Granada y presidenta del centro de Investigación de Fitoterapia, se recomienda que estén supervisados por un experto.
A continuación, recogemos algunas de las plantas categorizadas como relajantes naturales por los expertos.
Ansiolíticos naturales
-Valeriana. Es una de las plantas con más estudios clínicos que demuestran su eficacia. Tiene un efecto sedante sobre el sistema nervioso central, por lo que es utilizada como tranquilizante suave en casos de nerviosismo generalizado, insomnio, intranquilidad y estados de ansiedad y tensión. Además, su raíz presenta una actividad fuertemente antiespasmódica en la musculatura lisa, administrándose para los dolores gastrointestinales de origen nervioso. En relación a las precauciones, parece que carece de toxicidad a dosis razonables, estando contraindicada en el embarazo y la lactancia. No siendo recomendable tampoco su combinación con la ingesta de barbitúricos, benzodiacepinas, antihistamínicos y alcohol.
–Amapola de California. Tiene propiedades hipnotico-relajantes, muy utilizada para combatir el insomnio en niños y ancianos. Ayuda a la reducción de ansiedad leve, contribuyendo a controlar el nerviosismo excesivo, así como la irritabilidad y los estados de estrés. También es utilizada para calmar la tos y las irritaciones de garganta, asociadas en ocasiones a tensión nerviosa. La amapola de california carece de toxicidad, aunque no se recomienda su uso en el embarazo y el período d lactancia, así como bajo el consumo de antidepresivos, ya que puede interactuar en los inhibidores de recaptación de serotonina.
–Pasiflora, pasionario o la flor
de la pasión. Presenta un efecto relajante que disminuye la ansiedad. Está indicada como tranquilizante en casos de insomnio, palpitaciones y trastornos nerviosos. También se encuentra contraindicada durante el embarazo y la lactancia, aunque en cantidades controladas por un experto carece de toxicidad.
–Lúpulo. Tiene una acción hipnótica-sedante y depresora del sistema nervioso, utilizándose en casos de malestar asociados con ansiedad e intranquilidad, hiperexcitabilidad e insomnio de origen nervioso. También se encuentra indicada para aquellos trastornos de ansiedad relacionados con la menopausia.
–Tila. Tiene propiedades que ayudan a relajar la tensión nerviosa y el insomnio, además de poder utilizarse también como relajante muscular. Se encuentra indicada para los estados de angustia, ansiedad, excitación y para los síntomas derivados de la alteración del sistema nervioso. La tila actúa sobre el sistema nervioso y sobre el hígado, aumentando su función desintoxicante. No se recomienda su uso en conjunto con fármacos coagulantes.
–Espino albar. Suele utilizarse para el estrés, la ansiedad y otros trastornos nerviosos, además de aquellos relacionados con el sistema cardiovascular, por lo que hay que tomar precauciones. Según diversos estudios, posee un efecto tranquilizante mayor que el de la valeriana y la tila, combinándose en ocasiones con la valeriana y la pasiflora para potenciar sus efectos.
Pero no solo podemos encontrar efectos con propiedades relajantes en las plantas, sino que también los alimentos pueden ser una fuente importante que nos ayude a relajarnos o equilibrar el sistema nervioso. La directora del equipo de investigación del departamento de farmacología de la facultad de medicina de la Universidad Complutense de Madrid, María Armaya Aleixandre De Artiñano, afirma la existencia de varios nutrientes relajantes. Entre los que destacan los péptidos opioides, los cuales se encuentran en el trigo y la leche; elmagnesio, presente en los frutos secos, los cereales y las legumbres; el triptófano,aminoácido necesario para regular la segregación de serotonina y melatonina, que podemos hallarlo en el pollo, los plátanos, los huevos y cacahuetes… Y algunas vitaminas del complejo B.
Por lo tanto, aunque existen tratamientos alternativos al farmacológico para la ansiedad, como las hierbas o plantas medicinales, o la presencia de ciertos nutrientes en la alimentación, una adecuada administración bajo la supervisión de un especialista resulta lo más recomendable para evitar los riesgos de toxicidad, efectos secundarios e interactuación con otros medicamentos.
Bibliografía utilizada:
-Jarque, Jordi (2014). Relajantes naturales. La Vanguardia.
-Vindel, Antonio (2002). La ansiedad. Claves para vencerla. Málaga: Editorial Arguval.
Gema Sánchez Cuevas
Psicóloga colegiada nº EX01253
@GemaSC
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