- ¿Qué es la tiranía infantil?
Hablamos de tiranía infantil para referirnos a un patrón de conducta retador, desafiante y egocéntrico. También se conoce como síndrome del emperador.
Estas actitudes pueden llegar a tal extremo, que los padres son maltratados por sus propios hijos. El hijo/a se dueña del hogar de tal forma que si no se accede a sus demandas de manera instantánea, convierte la convivencia en una auténtica pesadilla. Además, estos niños/as, no dudan en agredir tanto verbal como físicamente con el fin de salirse con la suya.
- ¿Cuáles son las características de un niño/a emperador?
Los pequeños emperadores son fáciles de distinguir, ya que no se cortan a la hora de expresar el elenco de conductas disruptivas. Suelen presentar rasgos de personalidad límite o narcisista, mostrando así, un atroz egocentrismo y una baja o nula tolerancia a la frustración. Es decir: “quiero esto y lo quiero ya, y si no es así, habrá terribles consecuencias”. No admiten ningún tipo de norma porque las poner ellos y se creen con el saber absoluto de lo que pueden y no pueden hacer. Son personas que no tienen autocontrol y no saben expresar sus sentimientos y emociones de una manera adecuada.
Son, además, auténticos manipuladores, y no dudan en utilizar los puntos débiles de los padres o miembros del hogar para hacer daño y conseguir su propósito.
Además, no toleran el aburrimiento, no conciben el valor del esfuerzo y suelen presentar conductas antisociales como robos, tonteo con las drogas, etc.
- ¿Por qué los niños llegan a ser tiranos?
Un niño no nace siendo “malo” o “portándose mal”. Los niños llegan a tener ese comportamiento por diferentes motivos: fallas en la educación parental, grupo de iguales y modelos de comportamiento disruptivo, es decir, un niño “hace lo que ve”.
Entre las causas que generan este tipo de conductas encontramos:
- Una baja dedicación de los padres: en ocasiones, los padres pasan poco tiempo con los hijos y trae como consecuencia un gran sentimiento de culpa. Para minimizar esa culpabilidad, muchas veces lo que hacen, es llenar al niño de regalos y concederle todos los caprichos. De esta manera, al niño le estamos dando el mensaje de que el amor se expresa en “cosas materiales” y le estamos enseñando que sus papás están para satisfacer todas sus exigencias.
- Falta de límites y normas: muchos padres confunden el poner límites con “ser malo” o legan a pensar que sus hijos no los van a querer. Nada más lejos de la realidad. Los niños necesitan normas y límites y no existe muestra más grande de amor hacia ellos. Los pequeños necesitan que se les enseñe el camino, lo que está bien y lo que está mal, para que después, puedan ir adquiriendo una mayor autonomía, pero sobre unos pilares básicos. Lo que no es de recibo es que el niño campe a sus anchas por el hogar, que no aprenda cosas básicas como recoger lo que descoloca, hacer su cama, tener unos horarios, etc.
Un niño, en definitiva, necesita ser educado y para ello es de suma importancia la existencia de unos límites y normas claras, coherentes y constantes en el tiempo.
- Modelos educativos inadecuados: la mayor fuente de aprendizaje que tenemos los seres humanos es el modelado, es decir, aprendizaje por imitación. En el caso de los niños, las figuras a imitar son las que tienen en casa, es decir, los padres. Si nos encontramos con unos padres que tienen horarios descontrolados, se comunican a gritos e insultos, tienen faltas de educación y dan órdenes dictatoriales del tipo: “porque lo digo yo”…tenemos el caldo de cultivo perfecto para que los niños salgan “a imagen y semejanza”. Por ejemplo, si queremos que los niños no estén constantemente con el móvil, lo que no podemos hacerlos adultos es estar delante de ellos con el móvil.
- ¿Están los padres del 2019 realmente preparados para criar hijos que no acaben siendo unos tiranos con ellos y con la sociedad?
Siempre evito generalizar, ya que nos encontramos con progenitores de todo tipo. Lo que sí es cierto, es que encontramos una tendencia a nivel social de muy baja tolerancia a la frustración, y eso está siendo transmitido a los más pequeños. Son los propios padres los que exigen que las cosas sean ya, por lo tanto, como decía antes, los pequeños aprenden el mismo patrón de conducta.
Por ejemplo, esto se aprecia muy bien en los colegios, en los que los profesores llaman a los padres para hablar del mal comportamiento de su pequeño, y los padres en vez de poner remedio y aceptar que algo va mal, cargan contra el profesor de turno. Tengo varias compañeras profesoras que me cuentan que esto es cada vez más común y que tienen que estar en continua lucha con padres que defienden actitudes de los niños, que son intolerables. De esta manera, los niños reciben el mensaje de que son dioses y nadie puede ir contra ellos. Lo mismo pasa por ejemplo en terapia, cuando a los padres se les explica el encuadre, en el que se les reserva una hora para ellos y sin embargo llaman constantemente para hacer preguntas o que les digas cómo hacer en situaciones concretas. Si los propios padres no respetan los límites, difícilmente, los niños los van a respetar.
Además, también se aprecia una tendencia en los padres de evitar cualquier signo de tristeza en los niños, no toleran que sus hijos estén tristes o enfadados, pero porque esas emociones seguramente, no las acepten en ellos mismos.
Esta tendencia es fruto del imperativo social que estamos viviendo ahora con la dictadura del positivismo, en la que los sentimientos de tristeza o rabia han de ser evitados y eliminados. Sin embargo, los niños deben aprender que éstas son emociones normales y han de aprender a tolerarlas y gestionarlas.
- ¿Riesgos de crecer en un ambiente en el que se te endiosa o coloca en el lugar de príncipe..?
Los riesgos de este tipo de educación son varios, pero se pueden aunar en uno: conducta antisocial futura.
Los riesgos que podemos comprobar en poco tiempo son: agresividad, manipulación, egocentrismo, baja tolerancia a la frustración, nula tolerancia al aburrimiento, estrés, conductas explosivas, conductas de acoso a los compañeros, bajo rendimiento escolar, baja capacidad de esfuerzo…
Todos estos riesgos que se pueden apreciar tempranamente, se convierten en la adolescencia en una pesadilla, y es en el momento en que los padres se ven desbordados y piden ayuda. En la adolescencia, las conductas empiezan a ser más peligrosas porque pueden empezar los problemas judiciales por robos, violencia, drogas, trapicheos, etc.
En consulta solemos escuchar en numerosas ocasiones la misma frase de boca de los adolescentes: “si mis padres no me hubieran dejado hacer esto….” “si mis padres no me hubieran acostumbrado tanto a los caprichos…”. Cuando los chavales avanzan en la terapia, lo que están pidiendo son límites y normas, es decir, que les marquen el camino.
- ¿Mandamos a terapia psicológica a los niños o a los padres?
En terapia con niños y adolescentes se trabaja en conjunto con los padres, aunque reservando mucho más tiempo para el pequeño. Lo que nos encontramos en consulta muy a menudo, es lo que en psicología conocemos como “niño síntoma”, es decir, designan al niño como único factor problemático.
En este tipo de problemas, la terapia suele ser a la inversa, solemos tener mayor número de sesiones en un principio con los padres, que con el hijo, es decir, hay que enseñar primero a los padres a tolerar sus propias frustraciones, a que pongan esas normas y límites de las que hablamos…en definitiva, a educar de una manera sana a su hijo/a.
El problema está en el momento en que nos encontramos con padres que quieren que nosotros como profesionales o los profesores, hagamos su labor, es decir, eduquemos a su hijo. Nos encontramos con algunos padres que no reconocen fallas o equivocaciones en su propio comportamiento y nos dicen literalmente, “que arreglemos a su hijo”. Estos son los casos en los que poco o nada podemos hacer.
- ¿Sociedad gaseosa, crianza blanda, niños tiranos? ¿Hay relación entre esos tres términos?
Actualmente, estamos asistiendo a un momento social en el que la revolución tecnológica va más rápido que nuestra adaptación. Los niños han nacido con ella, pero los padres de ahora, no. Este hecho, provoca diversos conflictos.
Encontramos por ejemplo que están surgiendo nuevos empleos como los youtubers, influencers, además de los modelos que se muestran en televisión como en programas de buscar pareja, la telerealidad…Muchos de los chavales toman a estos personajes como modelos a seguir, y plantean que para qué se van a formar si con una cámara y fotos pueden hacerse famosos y ganar mucho dinero. Lo triste, es que no les falta razón, porque este tipo de personas ganan muchísimo más que en cualquier trabajo convencional. Ese es el problema. Los chavales no ven valor en una formación, en aprender, en saber de diferentes temas, en el esfuerzo, en el trabajo…únicamente ven el propósito final: ganar mucho dinero y ser famosos. Por lo tanto, los objetivos que persiguen son muy superficiales.
Hay una falta de motivación alarmante en los jóvenes por aprender y culturizarse, debido por supuesto, a una falta de educación en valores.
Los niños pequeños en las casas, si están correteando, cantando o gritando, resultan molestos para los padres, y les enchufan la Tablet para que se estén quietos. De esta manera están anulando su juego simbólico, su imaginación, su motivación. El aburrimiento es algo muy necesario y que sin embargo se intenta aplacar por todos los medios. El aburrimiento es el motor de la imaginación, pero lo tapamos con cacharros que ya nos dan todo el trabajo mental resuelto.
Nos encontramos con casas en las que no existen cuentos ni libros. ¿cómo entonces va el pequeño a entender el valor de la lectura?
Por eso insisto, en una educación en valores en la que no prime el ser famoso y tener dinero, sino que prime, el aprender a pensar por uno mismo, es decir, el pensamiento crítico.
- ¿Cómo se trabaja este tipo de conflictos en terapia?
Como he explicado antes, la terapia de forma general se hace teniendo sesiones con los padres y con el hijo/a.
Tenemos también que entender, que estamos en un momento en el que la conciliación es una utopía, y muchos padres acuden angustiados porque no pueden dedicarles a los niños todo el tiempo que quisieran y el poco tiempo que tienen, quieren descansar porque llegan exhaustos de sus trabajos.
Pero existen otro tipo de personas, como he explicado anteriormente, que “te traen al niño” para que le soluciones los problemas. Existe mucha diferencia entre unos padres y otros. En el primer caso, podremos hacer un gran trabajo, en el segundo, nos va a resultar mucho más complicado.
La forma de trabajar con los padres es facilitándoles un lugar de escucha y comprensión, entender cómo se ha llegado a la situación y ofrecerles una serie de pautas de actuación a nivel relacional con su hijo/a. Una vez que los papás vayan implementando los cambios, como por ejemplo explicarle al chaval las cosas, jugar con él… iremos apreciando cambios.
Sobre todo, se requiere un gran esfuerzo por parte de los progenitores de aguantar llantos, rabietas y contestaciones e unos niveles iniciales por parte de su hijo, ya que se tiene que revertir el aprendizaje que niño ha adquirido de que mediante pataletas o rabietas consigue lo que quiere.
- Por último, ¿qué consejos darías para evitar que los niños se hagan dueños y señores del hogar?
- Lo primero de todo que tengan unos buenos modelos de referencia, es decir, que los padres no hagan lo que no quieren que hagan sus hijos.
- Que existan unas normas y límites constantes en el tiempo y coherentes.
- El valor del esfuerzo, algo tan básico como que las cosas cuesta conseguirlas.
- El valor de la educación y el aprendizaje: enseñarles a tener satisfacción por el mero hecho de aprender cosas nuevas.
- Más gratificaciones y menos regalos materiales. Muchas veces con un “estamos orgullosos de ti” es suficiente y tiene mucho más valor para el pequeño que cualquier objeto material.
- Que los niños jueguen y tengan tiempo de aburrirse.
- Que aprendan a tolerar la frustración, enseñándoles que las cosas no se obtienen instantáneamente.
- Diálogo: explicarle el por qué de las cosas, evitar las imposiciones sin argumentación.
En definitiva, educación, cariño y respeto.
Recordemos quién es Carolina Torres :
Doctora Cum Laude en Psicología por la Universidad de Salamanca
Psicóloga Sanitaria
Psicoterapeuta
Orientadora y Mediadora familiar
Miembro Fundador de la Asociación de Psicoterapia Psicoanalítica Kairós
Miembro e investigadora de la Unidad de Análisis de la Conducta Criminal de la Universidad de Salamanca
Profesora en el Máster de Psicoanálisis Clínico de la Universidad de Salamanca
Profesora en el Máster de Psicopatología Clínico Forense de la Universidad de Salamanca
Profesora en el prácticum del Grado de Criminología. Universidad Salamanca.
Entrevista cecida a este Blog por la psicóloga Carolina Torres ©. Todos los derechos reservados.