Niños Emperadores. Entrevistamos a la Dra.Carolina Torres

  1. ¿Qué es la tiranía infantil?

Hablamos de tiranía infantil para referirnos a un patrón de conducta retador, desafiante y egocéntrico. También se conoce como síndrome del emperador.

Estas actitudes pueden llegar a tal extremo, que los padres son maltratados por sus propios hijos. El hijo/a se dueña del hogar de tal forma que si no se accede a sus demandas de manera instantánea, convierte la convivencia en una auténtica pesadilla. Además, estos niños/as, no dudan en agredir tanto verbal como físicamente con el fin de salirse con la suya.

  • ¿Cuáles son las características de un niño/a emperador?

Los pequeños emperadores son fáciles de distinguir, ya que no se cortan a la hora de expresar el elenco de conductas disruptivas. Suelen presentar rasgos de personalidad límite o narcisista, mostrando así, un atroz egocentrismo y una baja o nula tolerancia a la frustración. Es decir: “quiero esto y lo quiero ya, y si no es así, habrá terribles consecuencias”. No admiten ningún tipo de norma porque las poner ellos y se creen con el saber absoluto de lo que pueden y no pueden hacer. Son personas que no tienen autocontrol y no saben expresar sus sentimientos y emociones de una manera adecuada.

Son, además, auténticos manipuladores, y no dudan en utilizar los puntos débiles de los padres o miembros del hogar para hacer daño y conseguir su propósito.

Además, no toleran el aburrimiento, no conciben el valor del esfuerzo y suelen presentar conductas antisociales como robos, tonteo con las drogas, etc.

  • ¿Por qué los niños llegan a ser tiranos?

Un niño no nace siendo “malo” o “portándose mal”. Los niños llegan a tener ese comportamiento por diferentes motivos: fallas en la educación parental, grupo de iguales y modelos de comportamiento disruptivo, es decir, un niño “hace lo que ve”.

Entre las causas que generan este tipo de conductas encontramos:

  • Una baja dedicación de los padres: en ocasiones, los padres pasan poco tiempo con los hijos y trae como consecuencia un gran sentimiento de culpa. Para minimizar esa culpabilidad, muchas veces lo que hacen, es llenar al niño de regalos y concederle todos los caprichos. De esta manera, al niño le estamos dando el mensaje de que el amor se expresa en “cosas materiales” y le estamos enseñando que sus papás están para satisfacer todas sus exigencias.
  • Falta de límites y normas: muchos padres confunden el poner límites con “ser malo” o legan a pensar que sus hijos no los van a querer. Nada más lejos de la realidad. Los niños necesitan normas y límites y no existe muestra más grande de amor hacia ellos. Los pequeños necesitan que se les enseñe el camino, lo que está bien y lo que está mal, para que después, puedan ir adquiriendo una mayor autonomía, pero sobre unos pilares básicos. Lo que no es de recibo es que el niño campe a sus anchas por el hogar, que no aprenda cosas básicas como recoger lo que descoloca, hacer su cama, tener unos horarios, etc.

Un niño, en definitiva, necesita ser educado y para ello es de suma importancia la existencia de unos límites y normas claras, coherentes y constantes en el tiempo.

  • Modelos educativos inadecuados: la mayor fuente de aprendizaje que tenemos los seres humanos es el modelado, es decir, aprendizaje por imitación. En el caso de los niños, las figuras a imitar son las que tienen en casa, es decir, los padres. Si nos encontramos con unos padres que tienen horarios descontrolados, se comunican a gritos e insultos, tienen faltas de educación y dan órdenes dictatoriales del tipo: “porque lo digo yo”…tenemos el caldo de cultivo perfecto para que los niños salgan “a imagen y semejanza”. Por ejemplo, si queremos que los niños no estén constantemente con el móvil, lo que no podemos hacerlos adultos es estar delante de ellos con el móvil.
  • ¿Están los padres del 2019 realmente preparados para criar hijos que no acaben siendo unos tiranos con ellos y con la sociedad?

Siempre evito generalizar, ya que nos encontramos con progenitores de todo tipo. Lo que sí es cierto, es que encontramos una tendencia a nivel social de muy baja tolerancia a la frustración, y eso está siendo transmitido a los más pequeños. Son los propios padres los que exigen que las cosas sean ya, por lo tanto, como decía antes, los pequeños aprenden el mismo patrón de conducta.

Por ejemplo, esto se aprecia muy bien en los colegios, en los que los profesores llaman a los padres para hablar del mal comportamiento de su pequeño, y los padres en vez de poner remedio y aceptar que algo va mal, cargan contra el profesor de turno. Tengo varias compañeras profesoras que me cuentan que esto es cada vez más común y que tienen que estar en continua lucha con padres que defienden actitudes de los niños, que son intolerables. De esta manera, los niños reciben el mensaje de que son dioses y nadie puede ir contra ellos. Lo mismo pasa por ejemplo en terapia, cuando a los padres se les explica el encuadre, en el que se les reserva una hora para ellos y sin embargo llaman constantemente para hacer preguntas o que les digas cómo hacer en situaciones concretas. Si los propios padres no respetan los límites, difícilmente, los niños los van a respetar.

Además, también se aprecia una tendencia en los padres de evitar cualquier signo de tristeza en los niños, no toleran que sus hijos estén tristes o enfadados, pero porque esas emociones seguramente, no las acepten en ellos mismos.

Esta tendencia es fruto del imperativo social que estamos viviendo ahora con la dictadura del positivismo, en la que los sentimientos de tristeza o rabia han de ser evitados y eliminados. Sin embargo, los niños deben aprender que éstas son emociones normales y han de aprender a tolerarlas y gestionarlas.

  • ¿Riesgos de crecer en un ambiente en el que se te endiosa o coloca en el lugar de príncipe..?

Los riesgos de este tipo de educación son varios, pero se pueden aunar en uno: conducta antisocial futura.

Los riesgos que podemos comprobar en poco tiempo son: agresividad, manipulación, egocentrismo, baja tolerancia a la frustración, nula tolerancia al aburrimiento, estrés, conductas explosivas, conductas de acoso a los compañeros, bajo rendimiento escolar, baja capacidad de esfuerzo…

Todos estos riesgos que se pueden apreciar tempranamente, se convierten en la adolescencia en una pesadilla, y es en el momento en que los padres se ven desbordados y piden ayuda. En la adolescencia, las conductas empiezan a ser más peligrosas porque pueden empezar los problemas judiciales por robos, violencia, drogas, trapicheos, etc.

En consulta solemos escuchar en numerosas ocasiones la misma frase de boca de los adolescentes: “si mis padres no me hubieran dejado hacer esto….” “si mis padres no me hubieran acostumbrado tanto a los caprichos…”. Cuando los chavales avanzan en la terapia, lo que están pidiendo son límites y normas, es decir, que les marquen el camino.

  • ¿Mandamos a terapia psicológica a los niños o a los padres?

En terapia con niños y adolescentes se trabaja en conjunto con los padres, aunque reservando mucho más tiempo para el pequeño. Lo que nos encontramos en consulta muy a menudo, es lo que en psicología conocemos como “niño síntoma”, es decir, designan al niño como único factor problemático.

En este tipo de problemas, la terapia suele ser a la inversa, solemos tener mayor número de sesiones en un principio con los padres, que con el hijo, es decir, hay que enseñar primero a los padres a tolerar sus propias frustraciones, a que pongan esas normas y límites de las que hablamos…en definitiva, a educar de una manera sana a su hijo/a.

El problema está en el momento en que nos encontramos con padres que quieren que nosotros como profesionales o los profesores, hagamos su labor, es decir, eduquemos a su hijo. Nos encontramos con algunos padres que no reconocen fallas o equivocaciones en su propio comportamiento y nos dicen literalmente, “que arreglemos a su hijo”. Estos son los casos en los que poco o nada podemos hacer.

  • ¿Sociedad gaseosa, crianza blanda, niños tiranos? ¿Hay relación entre esos tres términos?

Actualmente, estamos asistiendo a un momento social en el que la revolución tecnológica va más rápido que nuestra adaptación. Los niños han nacido con ella, pero los padres de ahora, no. Este hecho, provoca diversos conflictos.

Encontramos por ejemplo que están surgiendo nuevos empleos como los youtubers, influencers, además de los modelos que se muestran en televisión como en programas de buscar pareja, la telerealidad…Muchos de los chavales toman a estos personajes como modelos a seguir, y plantean que para qué se van a formar si con una cámara y fotos pueden hacerse famosos y ganar mucho dinero. Lo triste, es que no les falta razón, porque este tipo de personas ganan muchísimo más que en cualquier trabajo convencional. Ese es el problema. Los chavales no ven valor en una formación, en aprender, en saber de diferentes temas, en el esfuerzo, en el trabajo…únicamente ven el propósito final: ganar mucho dinero y ser famosos. Por lo tanto, los objetivos que persiguen son muy superficiales.

Hay una falta de motivación alarmante en los jóvenes por aprender y culturizarse, debido por supuesto, a una falta de educación en valores.

Los niños pequeños en las casas, si están correteando, cantando o gritando, resultan molestos para los padres, y les enchufan la Tablet para que se estén quietos. De esta manera están anulando su juego simbólico, su imaginación, su motivación. El aburrimiento es algo muy necesario y que sin embargo se intenta aplacar por todos los medios. El aburrimiento es el motor de la imaginación, pero lo tapamos con cacharros que ya nos dan todo el trabajo mental resuelto.

Nos encontramos con casas en las que no existen cuentos ni libros. ¿cómo entonces va el pequeño a entender el valor de la lectura?

Por eso insisto, en una educación en valores en la que no prime el ser famoso y tener dinero, sino que prime, el aprender a pensar por uno mismo, es decir, el pensamiento crítico.

  • ¿Cómo se trabaja este tipo de conflictos en terapia?

Como he explicado antes, la terapia de forma general se hace teniendo sesiones con los padres y con el hijo/a.

Tenemos también que entender, que estamos en un momento en el que la conciliación es una utopía, y muchos padres acuden angustiados porque no pueden dedicarles a los niños todo el tiempo que quisieran y el poco tiempo que tienen, quieren descansar porque llegan exhaustos de sus trabajos.

Pero existen otro tipo de personas, como he explicado anteriormente, que “te traen al niño” para que le soluciones los problemas. Existe mucha diferencia entre unos padres y otros. En el primer caso, podremos hacer un gran trabajo, en el segundo, nos va a resultar mucho más complicado.

La forma de trabajar con los padres es facilitándoles un lugar de escucha y comprensión, entender cómo se ha llegado a la situación y ofrecerles una serie de pautas de actuación a nivel relacional con su hijo/a. Una vez que los papás vayan implementando los cambios, como por ejemplo explicarle al chaval las cosas, jugar con él… iremos apreciando cambios.

Sobre todo, se requiere un gran esfuerzo por parte de los progenitores de aguantar llantos, rabietas y contestaciones e unos niveles iniciales por parte de su hijo, ya que se tiene que revertir el aprendizaje que niño ha adquirido de que mediante pataletas o rabietas consigue lo que quiere.

  • Por último, ¿qué consejos darías para evitar que los niños se hagan dueños y señores del hogar?
  • Lo primero de todo que tengan unos buenos modelos de referencia, es decir, que los padres no hagan lo que no quieren que hagan sus hijos.
  • Que existan unas normas y límites constantes en el tiempo y coherentes.
  • El valor del esfuerzo, algo tan básico como que las cosas cuesta conseguirlas.
  • El valor de la educación y el aprendizaje: enseñarles a tener satisfacción por el mero hecho de aprender cosas nuevas.
  • Más gratificaciones y menos regalos materiales. Muchas veces con un “estamos orgullosos de ti” es suficiente y tiene mucho más valor para el pequeño que cualquier objeto material.
  • Que los niños jueguen y tengan tiempo de aburrirse.
  • Que aprendan a tolerar la frustración, enseñándoles que las cosas no se obtienen instantáneamente.
  • Diálogo: explicarle el por qué de las cosas, evitar las imposiciones sin argumentación.

En definitiva, educación, cariño y respeto.

Recordemos quién es Carolina Torres :
Doctora Cum Laude en Psicología por la Universidad de Salamanca
Psicóloga Sanitaria
Psicoterapeuta
Orientadora y Mediadora familiar
Miembro Fundador de la Asociación de Psicoterapia Psicoanalítica Kairós
Miembro e investigadora de la Unidad de Análisis de la Conducta Criminal de la Universidad de Salamanca
Profesora en el Máster de Psicoanálisis Clínico de la Universidad de Salamanca
Profesora en el Máster de Psicopatología Clínico Forense de la Universidad de Salamanca
Profesora en el prácticum del Grado de Criminología. Universidad Salamanca.

Entrevista cecida a este Blog por la psicóloga Carolina Torres ©. Todos los derechos reservados.

Cómo identificar un problema de/con la conducta alimentaria (TCA) cuando pensamos que un familiar o amigo puede sufrirlo.

Un problema cada vez más frecuente y no por ello menos grave es tener a alguien conocido o familiar, padeciendo un problema de alimentación.

Pero, ¿Cómo identificarlo y poder ayudar cuanto antes a esa persona? No es nada sencillo.

Lo más común es que hasta que no se ha arraigado de forma muy grave, el problema no suele ser evidente para las personas del entorno de quien lo padece.

Pero…¿Podríamos tener una serie de claves que nos ayuden para desenmascarar estos problemas y ponernos manos a la obra a combatirlos? La respuesta es sí.

Cuando una persona cercana padece un trastorno de la alimentación, que no solo se circunscriben a la conducta alimentaria sino que son fuente de un gran estrés, ansiedad y deterioro de la vida general de la persona que lo sufre, se suelen dar unos puntos frecuentes:

– La persona pasa a dar mucha importancia y a formarse continuamente sobre: valores energéticos de los alimentos, sobre las grasas, sobre los hidratos, sobre los aportes calóricos de lo que come etc. También se tornan frecuentes los temas citados en las conversaciones de sus círculos sociales. Por tanto, es algo muy activo en su vida y pasa a ser una preocupación prioritaria. Es muy frecuente escucharles comparar las calorías de ciertos alimentos con lo que aportan otros y cosas parecidas.

-Adicionalmente, la persona sufre un deterioro del autoestima, que puede ser más o menos manifiesto. En ocasiones las personas que lo padecen pueden estar más sensibles e irritables de lo normal.

– La ansiedad se incrementa, y con ello los niveles de estrés. Lo que caracteriza a esta enfermedad es que la persona va teniendo un deterioro notorio de su vida, para poder hacer con total flexibilidad sus conductas que piensa, le llevaran a su objetivo ansiado y deseado que es verse cada vez más delgado. Todo lo que hace lo hace para lograr sus objetivos, y esto puede chocar con sus rutinas, obligaciones y con la vida que hasta ahora llevaba.

– Las interacciones sociales se reducen considerablemente, muy en relación a lo mencionado anteriormente. Con frecuencia rehúsan ir a actos sociales o alternar, ya que ello conlleva no poder llevar a cabo sus nuevas rutinas en referencia a la comida (esconderla, vomitar, etc.)

– Es manifiesta una exagerada atención a su cuerpo y a cada defecto por pequeño que sea. Cada momento se someten a sí mismos a una fuerte evaluación. Es frecuente verlos hacer mucho deporte de forma repentina, o cambiar su dieta y hacerse expertos en que comer, o en hortalizas y vegetales así como otros alimentos en particular que previamente no eran especialmente interesantes.

– Obviamente el cambio físico como elemento más externo y evidente suele ser el que antes se percibe.  Pérdida de peso, cambios en las tallas, repentino aspecto de cansancio o desgaste, perdida de fuerzas, mareos espontáneos etc. Esta señal es decisiva y puede que sea la que nos lleve a observar otras de las aquí mencionadas.

– Hay algo raro en ellos y sus vidas que las personas que han habitado o convivido con personas que padecieron un trastorno de conducta alimentaria, no saben identificar con exactitud. Es simplemente eso, notan que algo no va bien, o que algo ha cambiado, pero no pueden hacer nada porque se sienten confusos. Es esta una de las razones por las cuales generalmente estos problemas revisten tanta gravedad cuando todo es descubierto.  Con el consiguiente de que es mucho más dificultoso abordarlos y el trabajo que resta por hacer es enorme y multidisciplinar.

– Están más escurridizos y huidizos de lo normal. Rehúyen hablar, estar con familiares, compartir momentos. Se cierran mucho en sí mismos, lo cual también agrava más la situación, debido al deterioro de la autoestima que esta enfermedad les está produciendo.

De cualquier modo, este guión es general y puede cambiar mucho de una persona a otra y la forma que tienen de manifestar el problema. Es posible que en algunas personas se den muchas más señales que las arriba indicadas, no obstante esta guía puede sernos muy útil y orientativa.

Lo ideal es una vez que se sospeche, hablar con un profesional, y si él lo cree oportuno actuar a la mayor brevedad. En caso de que la persona niegue su problema o se resista a recibir ayuda, que es algo muy frecuente, no habrá problema, el profesional sabrá cómo proceder de forma que sea lo mejor para la persona que está padeciendo todo esto. De cualquier modo hemos de ser delicados y cariñosos, para no ahuyentar, alejar y abrumar más a la persona de lo que la enfermedad le hace estar.

BIBLIOGRAFÍA

López, E., Costa ,M. (2008). Educación para la salud. Guía práctica para promover estilos de vida saludables. Madrid, España: Pirámide.

https://www.apa.org/centrodeapoyo/alimentación
https://www.areahumana.es/trastorno-de-la-conducta-alimentaria/

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Raquel Herrero Palacios ©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.

Qué hace un psicólogo en un Centro Psicotécnico. Actualizaciones en 2019

  1. ¿Qué funciones realiza un psicólogo en un Centro Psicotécnico en pleno 2019?

Fundamentalmente se encarga de obtener una valoración reciente del estado psicológico de la persona que quiere obtener o renovar el permiso, mediante unos parámetros de normalidad psíquica obtenidos mediante la utilización de instrumentos y pruebas homologados.

Es decir, lo que se pretende es evitar accidentes o incidentes que por las características psicológicas de quien es evaluado,  se pueden anticipar.

  • ¿Qué tipo de permisos se pueden sacar en un centro Psicotécnico?

Podemos obtener el permiso de conducir (ya sea moto, coche, camión, autobús…)

Permiso para el manejo de embarcaciones

Permiso para el manejo de grúas

Permiso de armas

Permisos para seguridad privada

Permisos para la tenencia de animales potencialmente peligrosos

  • ¿Son pruebas complejas a las que se someten a los aspirantes a los diferentes permisos?

Son pruebas homologadas, por lo que aquellos que tienen sus capacidades conservadas para seguir renovando o para obtener por primera vez el permiso, no tienen dificultad en obtener unos resultados dentro de la normalidad.

Aquellas personas que ven sus capacidades mermadas (ya sea por algún déficit, por la edad, etc.) obtienen unos resultados que obligan a restringir o incluso a no ser aptos para la renovación u obtención de los mismos.

  • En la relación a la tenencia de armas en este país, ¿usted cree que los

Psicotécnicos actuales están bien estructurados? ¿Se podrían mejorar?

Considero que sí, en rasgos generales se basan  en un cuestionario de personalidad y un examen médico, ambas facetas muy importantes de valorar ante el manejo de un arma.

Es una prueba homologada en la que cada cliente debe responder en base a 4 opciones (siempre, frecuentemente, a veces o nunca) y se valoran varios rasgos: neuroticismo, fuerza del yo, agresividad y paranoia.

El único problema con el que nos encontramos es que con población muy mayor en ocasiones tienen problemas para la comprensión de la batería, pero con sencillas explicaciones se solventa. 

El psicotécnico unido al control que lleva la guardia civil con respecto a la tenencia de armas hace que sea seguro.

  • Un tema controvertido en España es la tenencia de animales potencialmente peligrosos. ¿Qué pruebas se administran? ¿Cómo se puede saber si alguien está capacitado para tener un animal potencialmente peligroso?

Actualmente para valorar si alguien está capacitado para la tenencia de un animal peligroso se administran por parte del psicólogo después de una breve entrevista inicial las siguientes pruebas:

Un test de personalidad (como el de la tenencia de armas)

-Unas pruebas sobre toma de decisiones, en la que se tiene en cuenta la rapidez de las respuestas y si son correctas o no las decisiones tomadas.

Además del examen que lleva a cabo el médico

Se revisa periódicamente cada 5 años.

En este tipo de permisos en los que entra en juego un ser vivo que depende de nosotros ya no solo es cuestión de si se es apto o no a nivel psicotécnico, sino de la responsabilidad que conlleva que un animal dependa de ti, os lanzo otra pregunta: ¿Cómo saber si alguien está capacitado para tener un hijo? ¿Qué responderíais?

Puedes ser apto en todas las pruebas psicotécnicas pero como cuidas del animal es tu responsabilidad, supongo que los veterinarios en este punto tienen gran relevancia.

  • Nuestros conductores en España cada vez son más longevos. ¿Qué pruebas se aplican en la actualidad?

Primero se someten a una entrevista con el psicólogo del centro en la que se le pregunta sobre ciertos hábitos, antecedentes, etc.   Seguidamente se le administran unas pruebas para valorar sus reflejos: coordinación bimanual y anticipación de la velocidad.

Por último tiene una revisión con el médico que valora su capacidad visual, auditiva, antecedentes médicos, patologías, tratamientos que está tomando,  etc.

El permiso se concede para un máximo de 10 años hasta cumplir los 65 años, que a partir de entonces el máximo es para 5 años.

La periodicidad de la renovación no se reduce a partir de esa edad, pero consideramos que estaría bien establecer un límite inferior en edades más avanzadas (a pesar de que se puede limitar según los resultados obtenidos).

  • ¿Tiene alguna anécdota con conductores mayores? ¿Cuál ha sido la  persona con mayor edad qué ha evaluado?

Cuando viene algún conductor que ronda o incluso sobrepasa los 80 años el discurso es siempre el mismo: “llevo conduciendo 60 años y nunca me ha pasado nada… esto es para mis nietos que están continuamente con las maquinitas, nosotros no hemos jugado nunca con estos cacharros”.

Mi respuesta es siempre la misma… “hace 60 años usted no tenía los años que tiene ahora…”

En alguna ocasión se han marchado enfadados por restringir su permiso para un año y con un radio máximo de 20 kilómetros de la zona donde viven, pero es algo necesario, con esa edad en cuestión de un periodo breve de tiempo sus capacidades pueden mermar mucho, de ahí que consideremos necesario establecer un periodo menor de renovación obligatorio.

He de decir que también los hay conscientes de sus limitaciones y ellos mismos vienen al centro a que alguien les confirme que es mejor que dejen de conducir o directamente ni se plantean probar a renovar.

Nuestro cliente más longevo, de 92 años, hacia las pruebas perfectas, pero a nivel físico estaba ya más limitado. Él mismo escuchando nuestras recomendaciones, las de sus familiares y su sentido común decidió no renovar más.

  • Cada vez que salen por las noticias los avances en tecnología, coches autónomos, autopilot…….me viene a la cabeza, ¿tendrán que pasar algún tipo de Psicotécnico estas máquinas y nuevos avances?

Seria interesantes que así fuera, como en todos los avances todo lo que está relacionado para su  buen funcionamiento debería pasar un control.

  • Por último, cómo ve el presente y futuro de esta profesión como Psicólogo en Centro Psicotécnico?

Cada vez se reconoce más la labor de los psicólogos en los diferentes campos en los que actuamos, por lo que nuestra presencia en este tipo de centros es necesaria y considero que seguirá siéndola.

Obtener un permiso (sea del tipo que sea) conlleva una responsabilidad para el beneficiario ya que no solo repercute en uno mismo, sino en el resto de la población con la que va a convivir, quiero decir con esto, que es importante hacer una buena valoración de las capacidades actuales del cliente (donde entra la responsabilidad del profesional que evalúa)  para evitar poner en riesgo tanto a la persona que obtiene/renueva el permiso como a las personas que se va a topar en el camino con el uso del mismo.

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Maria Saenz Cordón©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.

Figura del Psicólogo Mediador en 2019

  • ¿Cómo se define la tarea del Mediador en este 2019?

Sin pretender dar una definición muy exhaustiva de la figura de un mediador, se podría decir que es aquel profesional que de forma neutral e imparcial ayuda a restablecer la comunicación entre dos o más personas que mantienen un conflicto. De esta forma, la función principal de esta figura es ayudar a las partes implicadas en el proceso para que lleguen a un acuerdo, consensuado y beneficioso para ambas.

  • ¿Qué diferencias hay entre un Mediador proveniente del Derecho o un Mediador proveniente de la Psicología?

La formación básica para ser mediador es la misma para ambos, sin embargo, es en la formación específica donde nos diferenciamos. Los profesionales de la psicología tenemos una serie de habilidades y conocimientos adquiridos durante la carrera y en el ejercicio de nuestra profesión que nos aportan una mayor sensibilidad hacia aspectos del comportamiento y la comunicación humana fundamentales para la creación de un clima propicio para el dialogo.

  • Actualmente, para quienes nos leen, ¿cuál es la formación reglada para ser un Mediador si vienes del mundo de la Psicología?

En la actualidad, hay numerosos cursos y centros que imparten la formación necesaria para habilitarse como mediador, sin embargo, no todos ellos cuentan con la certificación necesaria para acceder al registro de mediadores del Ministerio de Justicia. A este respecto, el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León ofrece una formación específica que cuenta con los créditos tanto teóricos como prácticos que permiten dicho registro.

  • ¿En qué aspectos se valora la Mediación? ¿No es mejor ir a Juicio?

La mediación tiene una serie de principios intrínsecos a ella que hacen que sea un recurso de resolución de conflictos altamente atractivo. De esta forma, podemos resaltar que, a diferencia de un proceso judicial, la mediación en la actualidad es totalmente voluntaria para todos los intervinientes del proceso, esto es, las partes interesadas y el mediador. Asimismo, es un espacio neutral, confidencial y donde impera la igualdad de las partes.

Una de las máximas inherentes a este proceso es su brevedad, así, se observa que un proceso de mediación superior a las cinco sesiones, salvo casos puntuales, no tiene razón de ser. De esta forma, se puede percibir que, a diferencia del proceso judicial, un proceso de mediación no suele alargarse mucho en el tiempo, abaratando los costes del proceso, tanto los económicos como los emocionales.

Por otro lado, otro aspecto que diferencia este proceso del judicial es la flexibilidad. Así, las partes cuentan con el poder de organizar las sesiones, lo que se va a tratar en ellas y cómo se va a llevar a cabo la resolución del conflicto. Asimismo, adquieren un mayor control sobre el proceso y son participes de la solución.

En resumen, la mediación ofrece a los sujetos un ambiente de comunicación y colaboración en el cual pueden, con ayuda del mediador, llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos. Asimismo, este acuerdo tiene la validez legal de un contrato o si se registra a través de un notario, adquiere la validez de una resolución judicial.

 con respecto al judicial es que se favorece un ambiente de comunicación y de comunicación.

  • ¿Qué valores añadidos aporta la figura del Psicólogo?

Bueno, el profesional de la psicología cuenta con una formación amplia en diversos aspectos de la psique humana, como son, por ejemplo, el estudio del comportamiento, del manejo del conflicto, la comunicación y el trabajo de las emociones. Todas estas áreas de conocimiento son fundamentales a la hora de trabajar con personas 

  • ¿Se entiende por mediación algo sólo aplicable al ámbito Legal? ¿En qué campos se aplica la Mediación?

La mediación se puede aplicar a todos aquellos ámbitos en los que hay una interacción entre dos o más personas. Aunque inicialmente si estaba más ligado al ámbito jurídico, en la actualidad la mediación tiene múltiples campos de aplicación. Así, por ejemplo, se puede utilizar este recurso para conflictos vecinales, escolares, laborales, de pareja… En resumen, allí donde existe un conflicto se puede emplear la mediación como una alternativa inicial para su resolución. El resto de vías serán accesibles, en cualquier caso, si este recurso no funciona.

  • ¿Cómo podríamos contactar con un mediador llegado el caso?

Bueno, actualmente en Valladolid hay numerosos profesionales formados en mediación, tanto desde el ámbito profesional de la psicología como del derecho, como son los abogados o los procuradores. Sin embargo, desde el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León contamos con una lista de profesionales cualificados repartidos por toda la comunidad autónoma. De esta forma, contactando de forma directa con mencionado colegio profesional se les proporcionará el contacto del profesional que se encuentre más cercano a su domicilio.

  • ¿A día de hoy hay algún tipo de Oposición u oferta pública para acceder a estos puestos?

Que yo sepa no. Lo más parecido son las listas de mediadores registrados en el Ministerio de Justicia o en el Registro de Mediadores Familiares de la Junta de Castilla y León. Para el primer registro se necesita una formación específica de 100 horas, mientras que, para el de la Junta es necesario otro de 300 horas.

  • Como queja, petición, ¿qué reclamáis los mediadores para este 2019?

Bueno, una de las quejas que hay actualmente respecto a la mediación es su invisibilidad. Aun cuando este recurso, como se ha mostrado, aporta más ventajas que inconvenientes, la mayoría de la población desconoce su existencia, ya que, entre otras cosas, las administraciones públicas no lo promocionan como correspondería.

  • Para finalizar la entrevista, ¿nos podría contar algo sobre sus últimos proyectos laborales o inquietudes relacionadas con la Mediación?

Por supuesto. A día de hoy, uno de mis objetivos inmediatos consiste en la realización del Curso de Mediación Familiar, de 300 horas de duración. Al margen de esto, asimismo, desde el Grupo de Trabajo de Mediación del Colegio Oficial de Psicología CyL seguiremos informando y promoviendo para conseguir que este recurso llegue a la mayor cantidad de gente posible.

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Inmaculada González Romero©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.

Más sobre el autor:

Inmaculada González Romero: Psicóloga con Número de Colegiada COPCyL: CL-4653 y Mediadora civil y familiar inscrita en el registro de mediadores del Ministerio de Justicia.

Baja laboral por depresión y/o ansiedad

Cada vez es más común encontrar bajas laborales por problemas relacionados con la salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión y la ansiedad serán las primeras causas de baja laboral en España en 2020. De hecho, se estima que entre el 50% y el 60% de las ausencias laborales anuales se deben a este tipo de problemas. No obstante, se calcula que en Europa habrá una incidencia similar.

Esta situación conlleva graves pérdidas para la empresas como un aumento de la rotación del personal, una mayor inversión en formación para los trabajadores en sustitución o una reducción de la productividad, entre otras. Sin olvidar además, del coste asociado al mantenimiento del puesto de trabajo de la persona que se encuentra en situación de baja. De ahí que sea tan importante pensar y adoptar medidas para reducir el número de bajas laborales relacionadas con los problemas de salud mental, además de cuestionarse la situación laboral predominante en la mayoría de las empresas y organismos.

¿A qué se debe esta situación?

Existen un gran número de factores que interfieren de forma negativa en la salud del trabajador. Desde el ritmo acelerado de vida hasta las altas exigencias laborales o un ambiente negativo en el trabajo. Tampoco podemos olvidar la situación personal fuera del ámbito corporativo en la que se encuentra la persona. Todo influye a la hora de desarrollar un trastorno psicológico, pero sobre todo las sensación de sobrecarga, de no poder hacer frente a los objetivos, es decir, no considerarse capaz de conseguirlos o simplemente, una inadecuada gestión de las circunstancias. Por lo tanto, este tipo de bajas pueden deberse tanto por motivos laborales (mobbing, no cumplimiento con las normas pactadas, etc.) como personales (muerte de un familiar o una situación especialmente grave).

Ahora bien, ya sea por un motivo u otro, la cuestión es que la situación se mantienen a lo largo del tiempo y no es algo puntual. Además, interfiere en el día a día de la persona, le impide un desarrollo social, laboral y personal adecuado y presenta una serie de síntomas y características específicos.

Baja laboral por depresión

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por presentar síntomas muy variados según cada persona y la gravedad de la misma. No obstante, suele impregnar de gris la visión de la realidad, generar malestar y un gran sentimiento de incapacidad. Todo ello causa que el trabajador rinda menos y por supuesto que experimente grandes dificultades para llevar una vida normal.

Ahora bien, existe también un tipo de depresión relacionada con el trabajo conocida como depresión laboral y que presenta algunos de los siguientes síntomas:

  • Tristeza.
  • Apatía.
  • Ansiedad.
  • Irritabilidad.
  • Desmotivación laboral y bajo rendimiento.
  • Cambios en los hábitos de sueño y alimentación.
  • Bajo niveles de concentración.
  • Aumento del número de errores y despistes en el desempeño laboral.

Las causas pueden deberse a un ambiente laboral tóxico, problemas de comunicación y conflictos, experiencias altamente estresantes o falta de valoración y reconocimiento entre otras.

Baja laboral por ansiedad

La ansiedad es una respuesta emocional a situaciones o estímulos que se perciben como potencialmente amenazantes. Así, la baja laboral por ansiedad tiene los mismos criterios generales que por depresión o cualquier otro tipo de trastorno psicológico incompatible con la actividad laboral. Los síntomas más características son los siguientes:

  • Taquicardia.
  • Dificultad para respirar.
  • Sudoración.
  • Náuseas, vómitos y mareos.
  • Inquietud e impulsividad.
  • Sensación de inseguridad y vacío.
  • Necesidad de escapar.
  • Miedo a perder el control y a cometer errores.

No obstante, algunos de los desencadenantes más comunes de problemas de ansiedad suelen ser los siguientes:

  • Situaciones desbordantes (exceso de trabajo, poco tiempo libre, altos niveles de exigencia, etc.)
  • Aparición de obstáculos y dificultades que impiden alcanzar los objetivos deseados.
  • Preocupación excesiva y expectativas irracionales.
  • Consumo de drogas o sustancias estimulantes.

Es importante tener en cuenta que tanto en una como en otra ocasión la baja solo puede ser certificada por un facultativo o médico de cabecera, como con cualquier otro tipo de enfermedad.  Ahora bien, el tiempo de baja depende de la situación de cada persona y de los efectos del tratamiento psicológico, ya que solo acudir a terapia psicológica es fundamental en este tipo de situaciones para recuperarse.

Un problema añadido a las bajas laborales relacionadas con los problemas psicológicos es la estigmatización, ya que no suelen ser situaciones no comprendidas por los demás, además de estar asociadas con diferentes tipos de prejuicios.

Claves para mantener una actividad laboral saludable

Aproximadamente 1 de cada 4 personas sufre un problema de salud mental en algún momento de su vida. De ahí que un grupo de investigadores sociales de New Economy (Manchester, Reino Unido) haya elaborado una guía con el objetivo de orientar a empleadores , departamentos de recursos humanos y jefes de equipo ante este tipo de situaciones, además de otra dirigida a los trabajadores y otra para los profesionales sanitarios.

Los investigadores ponen el foco de atención por parte de los empleadores y altos directivos en tres áreas interrelacionadas:

  • Prevención.
  • Recuperación.
  • Reincorporación al trabajo.

La implantación de estrategias adecuadas para promocionar la salud mental en cualquiera de estas áreas favorece la reducción de bajas laborales por ansiedad y depresión, así como facilita sus procesos de recuperación.

Como vemos, tener en cuenta la existencia de los problemas de salud mental, así como de preocuparse por la salud emocional de los trabajadores y poner en marcha herramientas y estrategias para ayudarles es clave para favorecer una actividad laboral saludable.

Gema Sánchez Cuevas

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association. Depressive disorders. In: American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5th ed. Arlington, VA: American Psychiatric Publishing. 2013:155-188.
  • Dunn, A. L., Trivedi, M. H., Kampert, J. B., Clark, C. G., & Chambliss, H. O. (2005). Exercise treatment for depression: Efficacy and dose response. American Journal of Preventive Medicine. https://doi.org/10.1016/j.amepre.2004.09.003
  • Craske, M. G., & Stein, M. B. (2016). Anxiety. The Lancet. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(16)30381-6

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Raquel Herrero Palacios ©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.

Pasos para ayudar a un adicto

La adicción se ha convertido en uno de los problemas más frecuentes en consulta y clínica en este siglo.

En muchas ocasiones constituye un problema grave que genera gran deterioro en la vida de quien lo sufre y de los que viven o interactúan de alguna manera con él.

Ocasionalmente, pareciera ser un problema crónico, en el cual la persona parece curarse, reponerse y avanzar, pero vuelve a caer en esa espiral de adicción tan perniciosa y que tanto le limita.

Bien, el primer paso, que a la vez parecerá evidente pero que muchos olvidan, y por ello el clave y más importante aunque a la vez se perciba como tan trivial, es el conseguir el reconocimiento por parte de la persona que sufre la adicción.

Que la persona sepa reconocer, analizar, y conocer a fondo su problema, es la piedra angular del camino que nos llevará a una solución acertada, eficiente y sólida.

Este paso suele costar mucho al paciente o persona que sufre el problema;  ya que todos ellos o la gran mayoría suelen ocultar, confundir, falsear y tapar su problema, tanto a los demás como a ellos mismos pensando con una falsa ilusión que «está todo controlado» cuando dista mucho de ser así.

Tras este paso que suele costar mucho, y casi siempre se consigue de mano de un terapeuta o profesional de la salud mental, viene el afrontar el problema propiamente dicho.

Un paso muy importante y muchas veces pasado por alto, es el comunicar el problema y la intención de cortar de raíz con él a allegados, familiares y otras personas que tengan interacción continuada con el interesado, de forma que su problema quede expuesto y que por un lado éste se vea mas forzado por presión a controlarse, y que por otro lado todas estas personas que son conocedoras de la situación hagan de amortiguadores en caso de tener que frenar un impulso, tentación o conducta de parte de la persona que sufre la adicción.

Aquí pondremos el ejemplo más popular: los jugadores compulsivos se inscriben en bases de datos que no les permiten jugar, apostar etc. para así minimizar el riesgo de volver a caer en esas conductas.

Los pasos subsiguientes son de acción pura y dura: involucran casi siempre la figura de un terapeuta, y serán pasos tales como …

 

Asistir a una terapia, activa, programada y enfocada a objetivos claros a conseguir.

Primeramente la terapia se centrará en el estudio y manejo de emociones, analizar los por qué se llego a esa situación, qué se buscaba y qué carencias podían encontrarse en la vida de la persona.

También sería muy deseable un análisis de la conducta y cómo responde la persona a estímulos, a la sustancia o conducta causa de adicción, y pormenorizar dicho estudio adecuado a la individualidad de cada caso concreto.

Un paso importante e integrado en toda esta larga terapia sería trabajar la autoestima y autoconcepto, pues se observa que muchas personas con problemas de adicción realmente piensan y creen que jamás podrán vencerlo ni salir, aumentando la desesperanza y la motivación por trabajar sobre el problema. Esto en muchos casos, agrava sobremanera el problema, porque la espiral se vuelve más fuerte y vigorosa, y la sintomatología y la adicción se recrudecen.

El terapeuta puede incluir también cuando ya esté un poco desarrollada la terapia, actividades que sean llevadas a cabo por la persona interesada y que pongan a prueba su fuerza de voluntad, para estudiar las reacciones que tiene la persona al encontrarse con «tentaciones» de las cuales la vida real está llena y él o ella tendrán que aprender a controlar.

Se trataría de pequeños entrenamientos, de cara al problema y en la vida real, que generarán sensación de controlabilidad al paciente, y le servirán de experiencia y guía sobre cómo reaccionar de la forma más eficaz posible y con menor coste emocional cuando se encuentre con estímulos elicitadores u otras tentaciones.

 

El último paso, sería la plena integración en la vida cotidiana, siempre con continuación en terapia psicológica como respaldo. Aclarar que, se trataría del paso más complicado y cabe reseñar que el anterior suele ser muy dilatado en el tiempo, y que, a pesar de parecer algo corto y lineal no es así. En la fase previa a la que estamos tratando ahora, puede haber muchos años de trabajo, recaídas y volver a empezar con el problema y terapia, por lo que para nada se trata de dar una imagen simplista de la cuestión.

Y ahora sí, la plena integración en la vida cotidiana implica que la persona que sufrió una adicción vuelva a tomar las riendas de su vida y de su día a día, siendo el agente de sus propios actos y decisiones apoyado siempre por su núcleo más cercano y terapeutas. La persona tendrá que ser capaz de desenvolverse y desarrollar todo correctamente dejando a un lado el pasado y tendrá muy presente que para llevar su vida es necesaria la ruptura total con algo que la controló en un pasado y que no es para nada necesario para desarrollar su cotidianeidad y que a mayores, la entorpece, perjudica y descontrola.

Y todo ello, se consigue solamente tras un duro trabajo codo con codo en los planos: cognitivos, conductuales  y emocionales de la persona desde  una perspectiva global e interaccionista.

 

La sociedad debemos ser conscientes de este grave problema al que con mucha frecuencia se quita hierro y que tantas personas, vidas y familias destruye. La información y concienciación son dos potentísimas armas de las cuales podemos hacer uso y que nos llevarán a resultados muy favorables.

 

Raquel Herrero Palacios                                  

 

BIBLIOGRAFÍA:

López, E., Costa ,M. (2008). Educación para la salud. Guía práctica para promover estilos de vida saludables. Madrid, España: Pirámide.

http://muysaludable.sanitas.es/salud/como-ayudar-a-un-familiar-o-un-amigo-con-un-problema-de-adiccion/

https://es.familydoctor.org/como-brindar-apoyo-a-un-adicto/

 

Para saber más…

www.conadic.salud.gob.mx/pdfs/cecas/qro/anud43_quehacer.pdf

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Raquel Herrero Palacios ©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.

Los mentirosos compulsivos

¿Quién no se ha encontrado alguna vez a uno?

Generalmente, al principio nos suelen pasar desapercibidos porque se envuelven en una especie de halo de misterio, en el cual reside la opacidad de su personalidad. Son personas que muestran o dejar entrever nada o muy poco de lo que sea relacionado a su personalidad, problemas, vida cotidiana u otras cuestiones.

 

Este halo de misterio que nos impide conocer a estas personas en profundidad, y por tanto descubrir su verdadera cara, es lo mismo que utilizan para hacer aparentar que todo lo que dicen o hacen es verdad o real. Pero… lo más lejos de la realidad.

 

Al mentiroso compulsivo, le apasiona y le «engancha» mentir. Su conducta es como una bola de nieve que rueda y rueda y cada vez se hace más grande. Ellos se construyen su propia vida, y en función de esa percepción así obran y comunican.

 

Empiezan emitiendo mentiras o mintiendo en los aspectos más banales y triviales que no afectan al bienestar o la dignidad de las personas que le rodean y con que se relacionan.

Para pasar al siguiente nivel, lo que ocurre es, que este tipo de mentiras mas «superficiales» aumentan en cantidad.

Y de este nivel ahora sí, ya pasan a mentiras mayores, y a áreas más tocantes de su vida cotidiana como pueden ser la familia, el trabajo, instituciones, pactos formales, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado…etc.

 

LAS CARACTERÍSTICAS MÁS SALIENTES DEL MENTIROSO COMPULSIVO SON, ENTRE OTRAS, Y POR NORMA GENERAL:

 

  • Una excesiva confianza y seguridad en sí mismos, pensando que nadie les va a pillar nunca. Se creen invencibles e inmunes, y eso les envalentona más para seguir mintiendo.
  • Hay personas que obviamente de vez en cuando los descubren, y de éstas personas suelen pensar que son exagerados o que «ven donde no hay». Una vez más, éste, es uno de los aspectos donde se puede ver con más facilidad que este tipo de personas se creen su propia farsa y su propia mentira.
  • Piensan de sí mismos que son personas que llevan vidas ejemplares. En algunas ocasiones su personalidad denota cierta egolatría y falsa e infundada megaautoestima.
  • Muchos de estos mentirosos compulsivos, ya «apuntan maneras» en la infancia tardía y en la adolescencia, alcanzando las cotas más altas en la vida adulta.
  • Carecen de empatía y de ponerse en el lugar de lo poco ético que es engañar a alguien o que potencialmente se le puede hacer daño, vapuleándolo y complicándole las cosas. Es por tanto que carecen de escrúpulos, otra vez unimos esto con la egolatría, mienten lo que haga falta a costa del bienestar de los demás para que ellos estén lo mejor posible. En muchas personas mentirosas compulsivas, hay un marcado factor o rasgo de personalidad ligado a la psicopatía. En puntos siguientes, al desarrollar más características sobre estas personas enumeraremos muchos rasgos de esta personalidad, que en su día expuso Cleckley. Y es que estoy dando una explicación un tanto circular, pero…la falta de remordimiento y empatía es una de las razones más de peso que llevan a estas personas a mentir constantemente.
  • Otra característica de estas personas es su falso encanto superficial. A veces en una primera impresión pueden parecer personas con alto magnetismo y riqueza personal, pero es como la trampa que tienen para relacionarse con los demás y entre todos ellos existirán muchas víctimas de sus mentiras.
  • Muchas de estas personas tienen vidas tan rodeadas de mentira, que ni siquiera dejan de mentir a sus parejas, esposos y esposas, hijos, hermanos y demás familiares o personas que se supone que les quieren y que ellos también deberían querer.
  • Nunca se paran a pensar que lo que hacen está mal y la autocrítica es siempre cero, por tanto no modifican su conducta, y por ello, ésta siempre tiende a ir a más.
  • Son bastante insensibles para con el resto de personas en general, egocéntricos y muy carentes de empatía pero…nada que no hayamos comentado ya.

 

¿Pero entonces… cómo detectar a un mentiroso compulsivo?

 

La verdad es que muchas veces no es muy evidente detectarlos, y lo hacemos a toro pasado, sintiéndonos los más tontos del mundo por no habernos dado cuenta antes, tras el engaño.

Pero por suerte….hay ocasiones en las que algunas pautas, nos pueden ayudar más de lo esperado.

Generalmente, a nivel conductual, estas personas hacen muy escaso o nulo contacto ocular con las personas con las que se relacionan. Suelen criticar a todo el mundo y luego les hablan como si los apreciaran mucho o fueran sus mejores amigos. Son excesivamente opacos. Más allá de la reserva de una esfera de la vida particular de cada uno, son personas poco claras o con dobleces, con las que no se puede profundizar al conocerlas aunque pase largo tiempo de relación.

Actúan y mueven hilos en la sombra. Es difícil ahondar en rutinas  y costumbres de la vida diaria de estas personas. Muchas veces llevan vidas inestables, desordenadas y caóticas, así como ya hemos remarcado, plagadas de egocentrismo, culto a sí mismos y narcisismo, así como escasez de autocrítica.

Y la más evidente de todas…. Que en algunas ocasiones, se les pilla en renuncios o mentiras que se pueden contrastar. El que es mentiroso compulsivo, y es pillado una vez, basta con esperar en el tiempo y observar, para que la conducta y el patrón, se repitan nuevamente.

 

Y finalmente os dejare con el mejor consejo que os podrán dar si tenéis cerca a un mentiroso compulsivo: Saber detectarlo a tiempo, (estas claves y este artículo pueden servir) y también por último y no por ello menos importante, saber alejarse de ellos.

Son personas muy tóxicas que solo traen problemas, disgustos y nos pueden meter en conflictos ajenos a nosotros pero que de alguna forma, nos salpiquen. Para sintetizar todo esto que acabo de decir, parafrasearé al gran pensador y filosofo griego Aristóteles: «Platón es mi amigo, pero la verdad me es más querida».

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Raquel Herrero Palacios ©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.

¿Qué es la asertividad?

Seguro que a lo largo de nuestra vida todos hemos escuchado alguna vez la palabra “asertividad”, o hemos escuchado a personas que nos dicen ” no eres nada asertivo/a”, o, todo lo contrario “tienes mucha asertividad”.

Pero, ¿qué es exactamente la asertividad?, ¿Todos podemos ser asertivos?, ¿cómo podemos conseguirlo?.

Podríamos decir que la asertividad se define como “la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento

Se puede deducir de esta definición que una persona asertiva es aquella que dice las cosas abiertamente y de forma clara, sin dañarse a sí mismo o a los demás. Son esa clase de personas que no ponen excusas cuando no desean realizar algún plan y a la vez, respetan la decisiones y opiniones de los demás.

Pero debemos tener en cuenta, que la asertividad no camina sola.

Existen otros dos tipos de personalidad que nos permiten calificar a las personas de nuestro alrededor:

  • Personalidad agresiva: Este tipo de personalidad de caracteriza por ser individuos que imponen su opinión por encima de la del resto, que no respetan las libertades y derechos de los demás, que gritan y se enfadan con frecuencia y que no saben mantener conversaciones ni relaciones sanas con el resto del mundo.
  • Personalidad pasiva: es aquélla que no hace las cosas por sí misma, sino que deja actuar a los demás. La pasividad es una actitud opuesta al compromiso, a la acción constante, a la voluntad de dirigir la propia vida y de involucrarse con todas y cada una de sus etapas.

Como habréis comprobado, la personalidad ideal y sana es la personalidad de tipo asertivo.

Pero lo cierto es que, todos nosotros solemos oscilar a lo largo de nuestra vida en cada uno de los tres tipos de personalidad.

Raramente encontraremos a alguien que siempre, las 24 horas del día, todos los días del año, sea una persona únicamente pasiva, agresiva o asertiva.

Lo importante es que cada uno de nosotros solemos encontrarnos durante más tiempo en uno de esos tres tipos de personalidad.

La tarea importante en este caso, es saber trabajar y adquirir las herramientas para convertirnos la mayor parte del tiempo, en personas asertivas e intentar oscilar cada vez en menor medida, en los otros dos tipos de personalidad.

Lograr este objetivo requiere meses o incluso años de trabajo y esfuerzo mental y conductual por parte de la persona que desea realizarlo.

Es importante tener presente que todas/os nosotras/os podemos conseguir llegar a ese nivel de asertividad esperado, de hecho, seguro que muchas/os de nosotras/os ya conocemos a alguna persona asertiva en nuestro alrededor.

Si la conoces, acércate más a ella, aprende las cualidades de su buen carácter e intenta aplicarlas en tu vida y en tu personalidad.

¡Puedes conseguirlo!.

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Andrea Mezquida. Valencia Julio 2018. ©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.

La vida con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)

Existe una gran cantidad de personas en el mundo (más de las que pensamos), que sufren el denomimando “Trastorno Obsesivo Compulsivo”.

Generalmente, cuando una persona padece este problema, sus síntomas manifiestos suelen ser los siguiente:

  • Obsesiones: son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes experimentados, al menos en un primer momento, como inapropiados y aversivos y que generan ansiedad o malestar acusados. No tienen un contenido preciso o delimitado y no resultan fáciles de percibir por la persona, quien, experimenta malestar más o menos intenso ante determinadas situaciones.
  • Compulsiones: Son conductas motoras y/o cognitivas dirigidas a reducir o prevenir el malestar generado por las obsesiones y/o a neutralizar/prevenir las consecuencias negativas anticipadas por estas.

Las personas que padecen este tipo de problema, perciben sus obsesiones y compulsiones como exageradas o irracionales.

Por otro lado, es muy frecuente la existencia de conductas de evitación y/o escape de estímulos ansiógenos. (por ejemplo, la persona con obsesión con la limpieza que evita pasar al lado de un contenedor de basura).

Es muy importante destacar también, los diferentes tipos de obsesiones y compulsiones que puede experimentar una persona que se encuentra sumida en esta situación, ya que, cada una de ellas nos da más pistas a la hora de detectar un TOC en un paciente.

Tipos de obsesiones y compulsiones:

  1. Contaminación: Obsesiones sobre posibles contagios de enfermedades, objetos contaminados con virus o bacterias capaces de transmitir enfermedades.
    Compulsiones de lavado, limpieza y desinfección.
  2. Violencia/Impulsos: Obsesiones sobre hacer daño a uno mismo u otros, actos criminales, imágenes de uno mismo cometiendo asesinatos o conductas socialmente inadecuadas.
    Compulsiones tales como rituales mentales de neutralización como pensar en actos o imágenes contrarias a la obsesión.
  3. Seguridad: Obsesiones relacionadas con dudas constantes sobre conductas de seguridad o sobre haber cometido descuidos en este sentido.
    Compulsiones de comprobación o de haber realizado la conducta de seguridad.
  4. Orden o simetría: Obsesiones relacionadas con que las cosas tienen que hacerse de un modo concreto, siguiendo un orden determinado, y con un grado de exactitud y perfección concretos
    Compulsiones tales como restablecer el orden y la simetría de las cosas.
  5. Moral/Religión: Obsesiones relacionadas con imágenes y pensamientos blasfemos, sensación de ser inmoral, de estar contaminado por la impureza
    Compulsiones como rituales mentales de “purificación” o formación de contraimágenes.
  6. Erótica: Obsesiones relacionadas con la posibilidad de realizar actos eróticos indeseados o mal vistos por la persona y la sociedad.
    Compulsiones como pensar en otras cosas, eliminar los malos pensamientos de la mente y pensar en uno mismo en actos sexuales deseables.
  7. Acumulación: Obsesiones relacionadas con el valor de las cosas y la anticipación de consecuencias desastrosas de deshacerse de ellas.
    Las compulsiones consisten en la acumulación de numerosos objetos, muchos de ellos de escasa o nula utilidad, que invaden espacio de la propia casa

 

Una vez que la persona decide acudir a terapia y comprobamos que padece un trastorno obsesivo compulsivo e incluso, somos capaces de reconocer el tipo exacto, se procede a evaluar aquellas áreas de la vida del individuo que puedan arrojarnos más datos sobre su problema.

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Andrea Mezquida. Valencia Julio 2018. ©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.

¿Cómo ayudar a una persona cuando tiene un problema de forma eficaz?

Casi todos alguna vez en nuestras vidas, nos hemos encontrado con un familiar, amigo, compañero…que está atravesando un problema. Generalmente la mayor parte de las personas acto seguido, nos ofrecemos a ayudar de una u otra forma. Pero… ¿Lo hacemos de la forma correcta?

Veámoslo.

Hay múltiples formas en las que podemos ayudar o contribuir con un problema. Algunos de estos requieren soluciones más enfocadas a la acción y más puramente conductuales, que realmente, son los que menos complejidad entrañan, debido a que, aportando la ayuda necesaria, realizando una acción u otra, estaremos liberando de mucha carga a la persona o ser querido que la necesita.

Pero la cosa cambia, cuando la persona a la que queremos ayudar, tiene un problema con el cual debemos mostrar nuestro apoyo, en nuestra vertiente más emocional e incluso utilizando y operando sobre el esquema cognitivo del afectado. Generalmente, este trabajo lo hacemos los psicólogos, pero, ¿qué pasa con las situaciones más familiares y del día a día con estas características? Vamos a exponerlo de la forma más sencilla posible:

En este caso nos encontraremos con dos opciones. Que la persona a la que queramos ayudar no se deje ayudar, bien porque está sufriendo un torbellino emocional, porque salta con todo debido a la confianza que lleva implícita la relación, u otras razones. En este caso, lo más recomendable, sería ponerlo en manos de un profesional. Podemos apoyar y ayudar también, pero más adelante y como complemento a ese apoyo neutral o profesional sin la subjetividad de la que huye la persona que necesita ayuda.

Otro caso que puede darse es que la persona si se deje ayudar y que incluso nos haya buscado para ello. En este caso, nuestro deber es hacerlo de la mejor forma posible. Pero a veces incluso con la mejor de las intenciones, realmente los resultados son nefastos debido a que las conductas y enfoques empleados para dar apoyo no son los mejores ni más correctos. Con ello podemos producir que la persona se aleje más e incluso se hunda más en su sufrimiento. Para ello me parece interesante, identificar ciertos errores comunes que las personas ejecutamos con la mejor de las intenciones, al querer tender nuestra mano, así como sus efectos colaterales, y por otro lado las pautas corregidas con respecto a ellos; o bien lo que si se debe hacer y será garantía de que nuestra ayuda tendrá sus frutos y que la persona que nos necesita crecerá y no se verá tan desbordada por ese asunto que le ocupa.

 

Errores comunes:

  • Muchas veces, cuando nos cuentan un problema y lo comparten con nosotros, reafirmamos lo traumático que es, reforzando la creencia de que lo acontecido es una desgracia en toda regla. Con esto pensamos que acompañamos en el duelo a la otra persona, que empatizamos más y mejor. Pero realmente la estamos echando y hundiendo más en la espiral de sufrimiento en la que se encuentra.
  • En otras ocasiones, cuando la persona se está abriendo a contarnos su problema, no la escuchamos, sino que la oímos e incluso algunas veces la cortamos sin dejar que acabe para contarle algún problema similar que estamos o hemos pasado. Esto último no se debe hacer bajo ningún concepto, ya que ni es constructivo, ni ayuda, y cada problema es diferente, ni siquiera hay problemas similares, porque se nos olvida que el que los sufre en casos como este, son personas distintas, y no hay reglas aplicables entre uno y otro. Como suele decirse: «Cada persona, es un mundo».
  • Y otro error y no por ser el último, es el mejor frecuente: bloquear las emociones de la persona a la que ayudamos. Con frases del estilo: «No llores», «no dramatices, todo lo ves negativo» y otro tipo de frases lapidarias y extremistas. Lo que logramos es que la persona se cierre, y su sufrimiento interno se multiplique al no sentirse validado/a.

Por tanto, expondremos, como ya hemos indicado las posibles soluciones o conductas correctas que SÍ deben adoptarse ante tales situaciones.

Las soluciones.

Lo correcto aquí es, ventilar emociones de una forma funcional, es decir; con sus límites. No podemos permitir que la persona a la que ayudamos este las 24 horas del día ocupando sus pensamientos en el problema. Para desfocalizar la atención podemos proponer realizar actividades que sirvan de distractor. Y sobre todo debemos «ponernos los zapatos del otro y caminar con ellos, pero luego finalizado el rato de ayuda, quitárnoslos y ponernos los nuestros». Tampoco se ha de reafirmar y recrearnos en las emociones negativas del problema. Ayudar a afrontar, validando emociones pero siempre desde la positividad y siendo constructivos.

También debemos emplear la escucha activa, validar las emociones y ventilarlas correctamente. Debemos dejar que la persona se desahogue, y hacer legitimas esas emociones que están sucediendo en esa persona. Así la persona se sentirá arropada y sus emociones y comportamiento serán validados y apoyados. Debemos escuchar completamente y con atención y dejar que la persona nos cuente, sin entorpecer las conversaciones poniéndonos de ejemplo porque cada cual tiene un problema concreto, y así lo afronta y así le afecta.

Y por último, lo que más o menos ya hemos dicho, dejar que las emociones salgan y validarlas. Nunca bloquear. «Llora un rato si lo necesitas, te ayudará y luego te sentirás mejor, es normal si ocurre» con mensajes tan poderosos como este, la persona se siente cómoda, legitimada y validada, e incluso puede llegar a percibir que si la consecuencia de estar afrontando un problema es estar así es lógico, y que otros muchos pueden estar pasando por ello e incluso lo hayan pasado tiempo atrás.

Esto entonces, es lo que deberíamos hacer al prestar ayuda. No es tan complicado, y realmente no nos tomará mucho tiempo y estaremos ayudando de forma eficiente y eficaz, siempre construiremos, y la persona a la que ayudemos nos lo agradecerá porque no la estaremos perjudicando ni se sentirá mal.

Llevarlo a la práctica es muy fácil sabiendo ya, los procedimientos correctos.

BIBLIOGRAFÍA

ediciones.grupoaran.com/index.php?controller=attachment&id_attachment=42

https://psicologiaymente.net/clinica/principios-prestar-apoyo-psicologico-emergencias

Artículo escrito y cedido a este Blog por la psicóloga Raquel Herrero Palacios ©. Todos los derechos reservados/All rights reserved.