El odio en las redes sociales. Del porqué hasta el dónde parar

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Las redes sociales son una realidad presente en nuestras vidas que han revolucionado la forma en la que nos llega la información.

En la actualidad, cuando un suceso ocurre hacen falta solo un par de minutos para que comience a circular por Internet lo sucedido. Un tuit, una foto instantánea o un comentario son suficientes para comenzar la interacción en el escenario de las redes sociales, el cual es visto por millones de usuarios y es capaz de mantener al mundo conectado.
Pero más allá de los contenidos, la comunicación digital emerge como un conglomerado invisible de emociones que se difunde desde niveles micros a macros. La naturaleza viral con la que se expanden los contenidos publicados permite que se esparzan rumores y opiniones que a veces pueden llegar a provocar situaciones de riesgo por el contagio emocional que producen.

Opiniones contrapuestas
En las redes sociales no solo impera el positivismo con sus carteles optimistas y motivadores, que en ocasiones pueden conllevar a la falsa esperanza de llegar a ser invencibles si no se tienen en cuenta las peculiaridades de cada situación y persona. Sino que también salen a escena la discriminación, el odio o la rabia hacia determinados colectivos y personas camuflados bajo el anonimato e incluso, en ocasiones bajo nombres y apellidos.
En relación a este último caso, podemos mencionar como tras la muerte del torero Víctor Barrio, se produjeron numerosos comentarios en diversas redes sociales por un lado lamentando lo sucedido y por otro, celebrándolo. Originándose rápidamente un cruce de opiniones opuestas entre los usuarios.
Esta situación nos lleva a reflexionar más allá del posicionamiento que cada uno de nosotros tengamos (taurinos, antitaurinos o indiferentes) sobre la expresión de nuestras opiniones a través de estos medios y la propagación digital del odio.

¿Límites o libertad en nuestras opiniones?
¿Hay un límite para expresarnos o por el contrario, la condición es ser libres? Cuestión recurrente que muchos de nosotros nos planteamos y de compleja respuesta, pues todo el mundo desea y quiere ser libre, pero existen unas cuestiones ético-morales que emergen y rigen el mundo en el que vivimos.
Partiendo de la base que desde cualquier extremo, el mundo puede verse blanco o negro, sabemos que el espectro completo de la realidad engloba infinitos tonos y matices. La cuestión radica en que permanecer en un extremo e ir en contra del otro, si no se regula puede llegar a ocasionar graves cataclismos.
Dejarnos llevar por un sentimiento como en este caso el odio, no solo expresa nuestro desacuerdo sino que puede llegar a confundirse con la agresión que es su dimensión comportamental y cometer actos que perjudiquen a los demás, como los comentarios celebrando la muerte del torero.

Reconocidos personajes de la historia como Aristóteles o Sigmund Freud, identificaron en el odio la presencia de sentimientos de violencia. Martin Luther King lo comparó como una noche sin estrellas. Y Lou Marinoff lo señalo como una de las ponzoñas toxinas que envenena la mente, endurece el corazón y envilece el espíritu.
El odio es uno de los reversos más peligrosos del ser humano.
Si además unimos esta emoción a la poderosa propagación digital de la información a través de las redes sociales nos encontramos con un contagio emocional sin límites.
¿Quiere decir esto que no podemos expresar nuestras opiniones? Quizás no sea tanto no expresarlas sino ser conscientes de que si defendemos la libertad de expresión, estamos afirmando a su vez la libertad de elección y esto no significa libertad para eludir las consecuencias que conlleva elegir, sino responsabilizarse de ellas teniendo en cuenta que formamos parte de un sistema.

Tener opiniones contrapuestas no significa penalizar, discrimina u odiar al otro por sus diferencias y el hecho de hacerlo a través de las palabras no minimiza los daños. La palabra conlleva un resultado y éste una emoción, proceso que se amplifica con el uso de las redes sociales. Por ello es recomendable pensar antes las emociones que podemos despertar con nuestras opiniones. No podemos olvidar que respetar al otro constituye una de las bases fundamentales de las relaciones humanas
Jhon Stuart Mill dijo “La libertad de expresión es un acto libre mientras no se le haga daño al prójimo” y creo que no se equivocaba.

Referencias bibliográficas:
-Dimmick, J., Ramirez, A., Wang, T., & Lin, S.-F. (2007). Extending society’: The role of personal networks and gratification-utilities in the use of interactive communication media. New Media & Society, 9(5), 795–810
-Marinoff, Lou (2006). El ABC de la felicidad. Aristóteles, Buda y Confuncio. Barcelona: Ediciones B.
-http://www.mediterranea-comunicacion.org/Mediterranea/article/view/10

Artículo cedido a este Blog por la Psicóloga Gema Sánchez Cuevas. Colegiada Nº EX01253. © All rights reserved.

¿Por qué votar en las próximas elecciones del 26 de Junio? Aspectos Psicológicos

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¿Ya has decidido a quién votar en las próximas elecciones que están a la vuelta de la esquina? Sea como fuere, primeramente reseñar que aunque nos parezca que no, hay mucho de psicológico en torno a este tema.
En el proceso de toma de decisión al elegir al líder político que más adecuado nos resulta a cada uno, operan varios factores, que dan como resultado la proyección en dicho líder de nuestras expectativas.
Uno de esos factores es la afinidad. Efectivamente, algo parecido a lo que opera cuando buscamos pareja, parece operar en este fenómeno. Tenderemos a elegir a aquel líder, que más se adecue a mis propios esquemas mentales, y valores, ya que al margen de sus posiciones, dichos esquemas le harán similar a nosotros en COMO piense, y si adicionalmente, lo QUE piensa coindice con lo que nosotros pensamos, le elección de ese candidato se hará efectiva. Esa misma afinidad también se hace patente e influye en cuanto a sus formas, si le vemos cercano a nuestro modo de vivir, de reaccionar y puede que en algunos casos incluso, hasta al de vestir.
Algo derivado de esa afinidad, es la similitud que percibimos de ese líder, así como la cercanía que nos transmite. Lógicamente, habrá personas que esa cercanía la sientan con un líder y con otro no, debido a que está estrechamente relacionado con la cuestión anterior. Una persona afín a mí, es percibida como más cercana o familiar que otra a la que no considero afín. Este sería un factor muy decisivo para elegir a un candidato.
Y por último y no menos importante el más evidente. Un líder que opina, quiere actuar y lo expresa en consonancia a como lo haríamos nosotros, será nuestro candidato. Piensa por un momento: Aunque existan diferencias, por lo general…¿Tus amigos piensan y tienen unos valores en general afines a los tuyos? Si, ¿verdad?. Pues con esto ocurre lo mismo.

Por otro lado, la otra piedra angular que está condicionando el proceso de decisión, son nuestras expectativas como ciudadano. Las expectativas que nos llevan a votar pueden ser variadas y tales como: querer cambiar el orden de las cosas porque el actual no se ajusta a nuestros esquemas y valores, actuar como ciudadano movido sin más por la masa, o bien sentirse motivado por el bien común y decidir responsablemente. Sea como fuere, son las expectativas las que me hacen actuar o decidir en consecuencia. Veamos un ejemplo.
Si como ciudadano valoro, que lo que necesita mi sociedad actualmente es «X», y entre los candidatos hay dos que van a apoyar y luchar por la causa de «X» que es una de mis prioridades a resolver o mejorar como ciudadano, decidiré entre ellos dos, y seguramente ahondando, elija al que de los dos, más cercano y afín sienta.
Es por tanto que yo ciudadano, al tener una expectativa «Y» veo probable que suceda, y para ello, para que ésta se haga efectiva elijo a un líder de entre varios proyectando en su figura mis deseos y esperando que él sea la vía de alcanzar y ejecutar lo que yo veo como necesario y prioritario.

Al margen de la expectativa de cambio o de mejora, puede estar la de éxito o fracaso (Burnett, 1991; Mann et al., 1998). Un grupo de votantes y seguidores de un partido «Z» creerán que si votan a su candidato, que expone unas medidas y acciones que ven acertadas, le llevarán al éxito rotundo, y esto les hará desechar al resto de candidatos que perciben como fracaso. Si ellos perciben que lo que expone el adversario no es el modo en que ellos mismos resolverían ese problema, se percibe como fracaso y esta expectativa es la que opera en la decisión de no votar al líder del partido «X» que no propone los puntos que propone el de «Z».
En otros casos, existen otras personas cuya motivación para votar no es más que el que: «porque los demás lo hacen» siendo esa expectativa el votar propiamente dicho. Quizá no crean que ningún candidato es aceptable o que no se ajusta a lo que ellos quieren. Pero esto es otro tema aparte.
Para concluir, el proceso de decisión que opera en la elección de un líder político, es complejo y como hemos visto es influenciado, por expectativas, por valores y similitud de esquemas mentales e incluso por conformismo y presión grupal o dejarse llevar por la norma o mayoría de un grupo en algunos casos. Estos últimos factores aquí citados son también muy importantes y comunes en grupos que pudieran no tener del todo claro su decisión. No olvidemos que vivimos en sociedad, y diariamente nos vemos influenciados por la información que recibimos; la presión social, es todo un hecho.

Raquel Herrero Palacios

BIBLIOGRAFIA
Aronson, E. (1975). El animal social. Madrid: Alianza Editorial.
Luna Bernal, A et al. (2014). Patrones de toma de decisiones y autoconfianza en adolescentes. Revista de psicología. 32 (1). Versión On-line ISSN 0254-9247.
ONLINE:
https://psicologiaymente.net/social/conformismo-presion-grupo#!
http://psicologia.isipedia.com/segundo/psicologia-del-pensamiento/07-la-toma-de-decisiones

Artículo escrito y cecido a este Blog por la psicóloga Raquel Herrero Palacios ©. Todos los derechos reservados.

¿Qué son los cuidados paliativos y en qué consisten las funciones que el psicólogo desempeña en este entorno?

Los cuidados paliativos son la otra cara de la medicina que tiene por objeto una intervención activa y global para paliar todas las necesidades de la persona con una enfermedad avanzada. El término ´´paliativo´´ deriva de pallium, de origen latino que significa ´´capa´´. En su origen, significa proporcionar una capa para proteger ante el frio. Teniendo en cuenta el origen del concepto, con los cuidados paliativos nos referimos al alivio del dolor y del sufrimiento en los pacientes que padecen enfermedades avanzadas y donde el esfuerzo terapéutico ha dejado de tener sentido terapéutico, buscando el bienestar en todas las dimensiones de la persona: físico, psicológico, social y espiritual. Basándonos en lo que dice la Organización Mundial de la Salud, los cuidados paliativos son la atención específica, activa e integral que deben recibir los enfermos con una enfermedad avanzada, progresiva e incurable y sus familias, atendiendo a todas sus necesidades.

No cabe duda de que los cuidados paliativos han de ofrecerse por equipos multidisciplinares especializados formados por médicos, enfermeros, psicólogos, auxiliares de enfermería, trabajadores sociales etc. A estos profesionales a veces se les unen voluntarios que ayudan al enfermo y a los familiares en tareas no sanitarias, permitiendo a la familia disponer de un poco de tiempo para dedicar a otras actividades. La actividad de todo el equipo es fundamental para la consecución del objetivo común: el bienestar del paciente y sus familias.
Se podría hablar mucho sobre este tipo de cuidados y de los objetivos que pretenden, pero básicamente todas las definiciones tendrían factores comunes como pueden ser la disminución del sufrimiento del enfermo y su familia, mejorar la calidad de vida en lo posible, teniendo en cuenta las circunstancias existentes, ofrecer un sistema de soporte para ayudar a las familias adaptarse durante la enfermedad e incuso en el duelo, o integrar los aspectos espirituales y psicológicos del cuidado de los pacientes.

La función del psicólogo será por tanto, complementar y optimizar el objetivo primordial, es decir, la consecución del bienestar para el enfermo y la familia, favoreciendo en este caso, la adaptación psicológica al proceso de la enfermedad y la muerte. En relación al papel que el psicólogo puede desempeñar en el campo de la enfermedad terminal, Barreto y Bayés (1990) lo sintetizan en tres puntos:

• Fomento del recurso del paciente y los cuidadores ( haciendo especial énfasis en las habilidades de comunicación)
• Detección de necesidades psicológicas especificas del enfermo, equipo terapéutico o personas relevantes
• Provisión de apoyo emocional a los diferentes elementos de la situación terapéutica.
Para conseguir estos objetivos es necesario identificar y priorizar aquellas necesidades del enfermo que hacen referencia a los aspectos físicos, sociales, psicológicos y espirituales, para luego potenciar aquellos recursos del paciente y de la familia que serán utilizados como estrategias para reducir la percepción de amenaza experimentada por ambas partes, suprimir la sensación de impotencia y aumentar la percepción de control sobre su realidad.

¿A quién van dirigidos los cuidados paliativos?

La enfermedad avanzada y la presencia más o menos explícita del momento de la muerte es una de las situaciones que más emociones generan en todos los intervinientes: en las personas enfermas, en los familiares y en el equipo de profesionales que los atienden. El enfermo y sus familiares son sin duda los actores más relevantes del escenario terapéutico. El otro gran pilar de los cuidados paliativos lo constituye el equipo de profesionales encargado de trabajar adecuadamente para conseguir los grandes objetivos marcados. Muchas veces tanto el equipo asistencial como el terapéutico están sometidos a fuentes importantes de estrés tal como se ha comprobado en numerosas ocasiones. Resumiendo, los elementos que están interrelacionados en la enfermedad terminal (enfermos, familiares y personal asistencia), han sido conceptualizados a través del modelo triangular del sufrimiento como los destinatarios principales de los cuidados que mencionamos.

¿Podría explicarnos cuál sería la intervención psicológica con un enfermo terminal?

Enfrentarse a una enfermedad incurable representa una amenaza para la vida, uno de los momentos más perturbadores de nuestro estado psicológico, pudiendo dar lugar a una serie de reacciones psicológicas como la ansiedad, depresión, miedo, ira, tristeza, rabia u hostilidad, que suelen ser de naturaleza muy intensa, reacciones que pueden intervenir con el tratamiento y por consiguiente con la calidad de vida y la consecución del bienestar del paciente.
Aunque existe un sinfín de reacciones emocionales tan diversas como personales, hay algunas que se repiten con más frecuencia en los pacientes destinatarios de los cuidados paliativos. Por ejemplo en lo referente a la ansiedad, conviene su tratamiento precoz desde la triada que lo compone: sintomatología somática (inquietud, tensión muscular, sudoración, palpitaciones, opresión torácica etc.), conductual (irritabilidad, llanto repentino, etc.) y cognitiva (distorsiones cognitivas, miedos o preocupaciones excesivas por el futuro). Brindar apoyo y seguridad permitiendo al paciente expresar sus temores y preocupaciones acerca de la situación y ofrecerle una información útil, identificar claramente las posibles fuentes de estrés e intentar mitigarlas o sugerir técnicas de relajación para reducir la sintomatología física de la ansiedad son algunas de las tareas que los psicólogos llevamos a cabo en las unidades de cuidados paliativos.

¿En qué consistiría la atención psicológica de los familiares afectados o el personal sanitario?

En una Unidad de Cuidados Paliativos normalmente encontramos sufrimiento tanto por parte del paciente como de la familia o del personal sanitario, y debemos entender tal sufrimiento como un todo multidimensional centrado en el dolor físico, psíquico y espiritual. Ante un pronóstico de vida amenazador, normalmente el entorno familiar experimenta una crisis emocional generada por la enfermedad progresiva e irreversible donde las intervenciones curativas hayan fracasado, y la etapa terminal se aproxima. El modo en el que los familiares gestionarán este proceso de movilización ante estrés provocado por la enfermedad pero también por las necesidades del paciente, participará en el aumento de la esperanza, calidad de vida y el bienestar del enfermo. La noticia de la enfermedad generará un gran impacto emocional que requerirá tiempo de asimilación para después iniciar actuaciones más concretas: la conversión de los familiares en los ´´cuidadores´´ del enfermo, la adaptación a la enfermedad, la adaptación a la gestión diaria del tiempo para atender al enfermo, las diversas reacciones emocionales vividas ante la situación (cuadros depresivos, cansancio progresivo, ansiedad ante el proceso de la enfermedad etc.)

El equipo sanitario es otro gran pilar de los cuidados paliativos y no está exento de reacciones emocionales, ya que aunque hablamos de profesionales muy cualificados no quita que sean personas con sentimientos, emociones y debilidades. Las funciones que deberán asumir suponen un alto nivel de capacitación y responsabilidad, una sólida cualificación profesional, y exigentes habilidades de comunicación, situaciones que muchas veces pueden considerarse fuentes importantes de estrés. Es ahí donde los psicólogos de los cuidados paliativos debemos prestar atención y asistencia para prevenir o mitigar los efectos que toda situación ansiógena pudiera generar en los profesionales sanitarios y en sus tareas.

Artículo escrito y cedido a este blog por la psicóloga Cristina Diaconu. All rights reserved. Copyright ©

El arte de comunicar en 2016

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Comunicarnos es un acto mucho más complicado de lo que solemos imaginarnos.
No somos conscientes de la importancia de la comunicación, tanto verbal como no verbal; de la importancia que tiene comunicarnos de manera clara, evitando llegar a malentendidos, confusiones y conflictos.
Incluso somos poco responsables en relación a nuestra manera de comunicarnos, no dándole importancia al impacto que puedan tener nuestras palabras o gestos en la otra persona. Ni que decir tiene del respeto que a veces omitimos hacia el otro, cuando ni siquiera lo escuchamos porque estamos más preocupados sobre lo que vamos a decir más tarde.
La comunicación es todo un arte en el que somos casi unos principiantes, pues estamos demasiado acostumbrados a crear realidades a partir de supuestos ideacionales sin verificar lo que el otro quiere transmitirnos, simplemente dando por entendido aquello que hemos recibido.

Y por supuesto, a lo que estamos más acostumbrados es a echar la culpa y/o intentar convencer al otro cuando conversamos, en eso somos unos grandes expertos.
Pero la comunicación también es afecto o la ausencia de éste, tanto en su esfera verbal como en la no-verbal; también es emoción. Ya que cualquier tono, expresión, gesto que reviste un discurso o un diálogo, está mediatizado en buena medida por los sentimientos.
Por lo tanto, entender la comunicación como un hecho simple está muy alejado de la realidad, sobre todo por la gran cantidad de variables que intervienen y que tan poco se tienen en cuenta. Un simple gesto puede constituir el detonante de todo un efecto dominó en una dinámica relacional entre dos personas.
Sin olvidarnos del contexto, el cual da sentido y significado a nuestras acciones. El dónde, en qué momento y situación se dice o hace lo que se dice también es importante. Incluso en ocasiones, resulta común como se aísla una frase o expresión de un discurso, descontextualizándola y apartándola así de su eje central para utilizarla posteriormente como defensa o modo de ataque al interlocutor.
¿Cómo es el proceso de comunicación?
Para entenderlo, imaginemos a dos personas, una de ellas posee una idea que intentará traducir en palabras para que su interlocutor lo entienda. Puede ser su concepción del amor, de la amistad o simplemente le trata de explicar cómo es la persona que le gusta o la dificultad que tiene en el trabajo.
Pero, ¿os habéis parado a pensar que cuando una persona intenta transmitir una imagen, una idea o habla sobre algo, probablemente la otra persona con la que está interactuando no recibe lo mismo?
Parece que nos entendemos, pero lo único que hacemos para intentar llegar a ello, es ir construyendo historias en base a lo que recibimos y a lo que cada uno de nosotros trae consigo de fábrica. Por lo que no hay una realidad externa a nuestros ojos, sino que la construimos in situ a través del lenguaje verbal.

Tú me cuentas y yo construyo, te devuelvo y tú vuelves a construir. Y casi sin quererlo, le somos infiel a la realidad gracias a nuestros filtros y a nuestra propia visión. Por lo tanto, intentamos transmitir algo e intentamos entenderlo, pero tan solo lo intentamos… o ¿no?
Cada uno de nosotros desde nuestra estructura cognitiva, sistema de creencias, valores, experiencias personales y normas socioculturales y familiares, construimos ideas desde nuestro modo de conocer.
5 axiomas de la comunicación
Por último para intentar entenderlo todo un poco mejor, os presentamos los 5 axiomas de la comunicación, según Paul Watzlawick, autor de varios libros y de la Teoría de la Comunicación Humana:

1) Es imposible no comunicarse
Todo comportamiento en cierta medida es una forma de comunicación, ya sea a nivel implícito o explícito. Incluso el silencio lleva consigo un gran contenido, pues éste ya es una respuesta en sí mismo, por lo tanto, resulta imposible no comunicarse.

2) Toda la comunicación tiene un nivel de contenido y un nivel de relación, de tal manera que el último clasifica al primero, y es por tanto, una metacomunicación.
En este caso, se hace referencia no solo al qué o significado de lo que se quiere comunicar sino también al cómo la persona que habla quiere ser entendida y como quiere o pretende que le entiendan. Es decir, transmitimos datos y a la vez, cómo queremos que se entiendan éstos.

3) La naturaleza de una relación depende de la gradación que los participantes hagan de las secuencias comunicacionales entre ellos.
Cada uno de nosotros siempre realiza una versión de lo que observa, por lo tanto, nos contamos historias a nosotros mismos sobre lo sucedido en base a nuestras experiencias, características personales y aprendizajes.

4) La comunicación humana implica dos modalidades: digital y analógica.
Con este axioma se hace referencia a la transmisión directa de la información a través de la palabra (modalidad digital) y a la forma de expresarnos a través del movimiento, la tonalidad o posturas corporales (modalidad analógica).Cuando hablamos más allá de emitir palabras, nuestros ojos también hablan por ejemplo y nuestro cuerpo.

5) Los intercambios comunicaciones pueden ser tanto simétricos como complementarios.
Y por último, aquí se hace referencia al modo de relacionarse de las personas, unas veces bajo condiciones de igualdad, mientras que otras bajo las diferencias.
Cuando la relación es simétrica, ambas personas se mueven en el mismo plano en condiciones de igualdad, pero no se complementan, sino que su intercambio suele ser dificultoso, ya que cada una de ellas critica o toma la iniciativa. Mientras que si la relación es complementaria, ambas personas se encuentran en condiciones de desigualdad pero aceptan sus diferencias, permitiendo así el complemento en la interacción, son por ejemplo las relaciones padre-hijo, vendedor-comprador, etc.
Finalmente recordaros que vemos lo que queremos ver, mientras inventamos y creamos realidades, siendo el lenguaje la principal vía de dicha construcción. Por lo que cada uno de nosotros somos pequeñas historias.
El mundo es la imagen del lenguaje…

Referencias bibliográficas:
-Ceberio, Marcelo R. (2006) La buena comunicación. Las posibilidades de la interacción humana. Barcelona: Paidós
-Watzlawick, P. (1980) El lenguaje del cambio. Barcelona: Herder

Psicóloga Gema Sánchez Cuevas. Colegiada Nº EX01253. © All rights reserved.

¿Qué usos tiene la Grafopsicología en este 2016? Entrevista a la experta psicóloga Carmen Montero.

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1)¿Qué usos tiene la Grafología en el 2016?
Bueno, antes de contestar a esta pregunta, creo que es necesario señalar lo que es la Grafología, es una ciencia y un arte que estudia los múltiples aspectos de la personalidad por medio de la escritura.
La Grafología Científica se sirve de la escritura como instrumento de diagnóstico porque el gesto gráfico depende directamente del cerebro “Cuando la mente titubea…titubea la mano”
¿Usos de la Grafología? Prácticamente yo diría que para cualquier ámbito…
En la actualidad la grafología tiene diferentes usos para aplicar en diferentes áreas…En Organizaciones (recursos humanos, organismos oficiales, ámbito empresarial), en el área Clínica, en el área de Educación, en el área Judicial, en el área infantil-juvenil

2)¿En qué ámbito trabajáis los grafopsicólogos?
Hay que distinguir entre Pericia grafológica y Grafología . Mientras los peritos grafológicos determinan quien es el autor de un escrito. La Grafología estudia como es el autor del escrito. En pericias legales y judiciales, los peritos caligráficos buscan garantizar la autoría de un escrito (Testamentos, Herencias, Falsificaciones…
En Grafología hay más ámbitos de intervención.
Grafología en las Organizaciones. Selección de Personal.- descubriendo las capacidades y potencialidades de un sujeto para un puesto de trabajo determinado. En el área de dirección, para detectar posibles líderes., reordenación laboral..etc.
En la investigación histórica, estudia el grado de autenticidad de escrituras antiguas, estudia la vida de personajes célebres de la historia dejando traslucir su personalidad, temperamento, sus gustos, su inteligencia, etc.
Grafología para el conocimiento personal.
Grafología en el ámbito educativo infantil-juvenil.
Grafología en el terreno de la medicina, siendo una herramienta útil para detectar alteraciones psíquicas y físicas, pudiendo llegar a descubrir disfunciones orgánicas (S. Circulatorio, Sistema Digestivo, Sistema Motor…)
En la orientación vocacional, sobre todo para los jóvenes esto irá de acuerdo a sus capacidades intelectuales, aptitudes, personalidad, motivaciones..

3)¿Hay alguna prueba además que complemente las pericias grafo-psicologicas?
No tengo datos al respecto, lo siento, ahí no puedo ayudarte.

4)¿Qué Escuelas hay en España para formarse?
En la Sociedad Española de Grafología, pueden indicar que escuelas son referentes. En ella utilizan el” Sistema Xandró”.
El profesor Xandró fue mi primer maestro en grafología por los años 80-90, un referente en la Grafología, dedicando la mayor parte de su vida a la enseñanza y a la investigación en esta disciplina.
La Sociedad española de Grafología está situada en la Avda. de Mediterráneo 18, en Madrid, pero tiene Delegaciones en otros puntos de España.
Su página web es www.soespgraf.com

5)¿Se puede llegar a diagnosticar a través de un contenido grafopsicológico, o es un complemento que aporta información?
Se puede diagnosticar de manera muy específica. Además es el único test que detecta la moralidad-inmoralidad del sujeto que realiza un escrito. Hay 8 géneros gráficos manifestados en un escrito, todos no se pueden manipular, si intentamos ser más rápidos en el género gráfico de la velocidad, esto irá en detrimento del género gráfico forma…¡No se escapa nada!
También puede ser un buen complemento que aporte información.
Hay que ser muy buen grafólogo para realizar un buen diagnóstico.
“YERRA EL GRAFÓLOGO DONDE ACIERTA LA GRAFOLOGÍA”

6)Como medida terapéutica… ¿es posible curarse escribiendo?
Contestar SI o NO es muy difícil, la curación depende de muchos factores, pero lo que si puedo contestar, es que la Grafoterapia consigue la regeneración neuronal a través de sencillos pero precisos ejercicios.
En la actualidad la Grafoterapia representa la Neurogénesis (regeneración de neuronas en cerebros de adultos) mediante sencillos y precisos ejercicios. Esta Plasticidad Cerebral muestra como las personas siempre pueden cambiar.
El arte de escribir no solo refleja la psicología del individuo, sino también su fisiología.
“LA ESCRITURA REFLEJA EL FUNCIONAMIENTO PSICOSOMATICO DEL INDIVIDUO”